Lo acompaña hasta el final

Miguel Alemán, Tam.

El cuerpo sin vida de un desamparado indigente de avanzada edad y que padecía de serios problemas alcohólicos desde hace algunos años, fue descubierto poco después del mediodía de ayer por sus vecinos que le brindaban alojamiento en un humilde cuarto de un conocido sector de la calle Segunda de la Zona centro en esta ciudad, quienes lo reportaron inmediatamente a las autoridades ministeriales para poder que tomaran conocimiento del caso.

Los hechos se registraron siendo alrededor de las 13:00 horas de este lunes, justo en el interior de un modesto cuarto de una vecindad ubicada sobre la calle Segunda de la zona centro, hasta donde se trasladaron los agentes investigadores de la Unidad General de Investigación (UGI) de la PGJE, apoyados por elementos de la Policía Ministerial del Estado, quienes al llegar se percataron que un grupo de residentes del citado lugar habían descubierto sin vida a un indigente de edad avanzada, quien no pudo ser identificado plenamente, pues solamente se le conocía con el apodo de “El Miau”.

El hoy occiso no pudo ser identificado por las autoridades, pues todo parece indicar que nadie lo conocía por su nombre, además de que entre sus pertenencias no había ningún tipo de documentación personal que sirviera para poder establecer su plena identidad.

La víctima se encontraba completamente tendido en el suelo, boca arriba, sobre varios cartones que usaba como cama y estaba semi-tapado con una colcha; mientras que junto a él, tenía a su fiel mascota canina de nombre “El Pinto”, el cual fue considerado como su inseparable compañero hasta el último minuto de su vida, según versión de los testigos y residentes del sector que lo veían deambular diariamente por la zona centro de la ciudad.

De acuerdo a uno de los vecinos, de nombre Daniel Páez Araujo, de 32 años de edad, el hoy occiso no tenía familia cercana que velaran o se preocuparan por él; por lo menos ellos nunca le conocieron a nadie, a excepción de un familiar de apodo “La Tamba” y quien al parecer labora en una agencia aduanal, pues aseguraron que más bien, eran ellos los que le brindaban alojamiento para que pudiera dormir bajo techo e incluso también le ofrecían comida; sin embargo, solo la aprobaba un poco y lo demás se lo dejaba a su mascota.

A simple vista, las autoridades no descubrieron indicios que los hicieran presumir que se tratase de una muerte violenta, sino más bien se podría tratar de un posible caso de congestión alcohólica, por los años que el hoy occiso tenía de estar ingiriendo bebidas etílicas, mejor conocidas como huachicol. 

El cuerpo sin vida de la víctima sería trasladado a una casa funeraria de la localidad, a fin de que el personal forense pueda practicar la autopsia de ley correspondiente y así poder establecer las causas de su fallecimiento.