Pesadillas en niños
Por qué ocurren y cómo calmarlas paso a paso. Se estima que 3 de cada 10 menores de edad sufre pesadillas

Todos hemos tenido pesadillas alguna vez. Son aquellos sueños perturbadores, relacionados con sentimientos negativos, que provocan miedo y ansiedad hasta el punto de despertarnos. Aunque las pesadillas pueden manifestarse a cualquier edad, son mucho más comunes en niños; de hecho, se estima que 3 de cada 10 menores las sufre (30 %), especialmente quienes tienen entre 3 y 12 años.
Por edades, según el Dr. Anis Rehman, especialista en medicina interna y consultor de la Fundación del Sueño, más de la mitad de los niños entre 3 y 6 años experimentan pesadillas frecuentes, mientras que 2 de cada 10 (20 %) niños de 6 a 12 años.
Desde Psicología y Mente hablamos con dos grandes expertos en el tema: el Dr. Óscar Sanz, coordinador del grupo de trabajo de Pediatría de la Sociedad Española del Sueño (SES) y jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, y el Dr. Eduard Estivill, especialista y pionero en España en medicina del sueño. Ambos explican cuándo y por qué se producen las pesadillas y qué debemos hacer cuando nuestros hijos las sufren.
¿Qué son las pesadillas y cuándo suelen ocurrir?
Las pesadillas, también llamadas "sueños ansiosos", son trastornos del sueño en los que aparece una emoción clave: la ansiedad, asegura el Dr. Estivill a Psicología y Mente. Los sueños, en general, son historias que el cerebro construye mientras dormimos, utilizando información almacenada aleatoriamente. "Como esta información no se organiza de manera coherente, los sueños suelen ser caóticos y difíciles de interpretar", asegura. Durante el sueño, además, se incorporan emociones que pueden ser placenteras u oníricas; en este segundo caso se introduce ansiedad, angustia y tensión, y es cuando se producen las denominadas pesadillas.
Por su parte, el Dr. Óscar Sanz opina que, antes de hablar específicamente de las pesadillas, conviene entender el concepto general de parasomnias: episodios o alteraciones no deseados que ocurren mientras dormimos. Dentro de este grupo, las pesadillas son una de las más comunes.
Tanto Sanz como Estivill explican que las pesadillas ocurren durante la fase REM del sueño, la etapa en la que se produce la "reparación intelectual" del cerebro y que predomina en la segunda mitad de la noche. El resto de parasomnias —como los terrores nocturnos, el sonambulismo o los despertares confusionales— aparecen en la fase no REM.
¿Por qué ocurren las pesadillas?
Actualmente no existen evidencias claras sobre cómo ni por qué se producen las pesadillas ni por qué hay niños más propensos que otros a sufrirlas. Sin embargo, el Dr. Óscar Sanz asegura que la causa más frecuente de las parasomnias, incluidas las pesadillas, es la falta de descanso adecuado. "Somos una sociedad que duerme menos de lo que necesita, y eso incluye también a los niños. Si un niño duerme menos horas de las que le corresponden, llega más cansado al inicio del sueño, entra más rápido en fases de sueño profundo y esto puede favorecer la aparición de parasomnias, tanto REM como no REM", concluye.
El Dr. Estivill coincide con Sanz en que la falta de descanso es clave en la aparición de pesadillas y añade otros motivos, como la ansiedad, el miedo o la inseguridad generados por alguna experiencia vivida durante el día o en otro momento de la vida del niño. Aunque en algunos casos las pesadillas pueden tener un origen psicológico, no es lo habitual; antes de buscar causas emocionales, es importante descartar lo más frecuente: que el niño no duerma lo suficiente o que la calidad del sueño no sea la correcta.
¿Se pueden evitar las pesadillas?
Ambos expertos coinciden: las pesadillas no se pueden prevenir del todo porque forman parte del desarrollo normal. No obstante, Sanz afirma que se pueden reducir los episodios con una buena higiene del sueño: horarios regulares, suficientes horas de descanso, evitar pantallas antes de dormir, etc.
Además de regularizar los horarios, Estivill añade: "La prevención también pasa por proteger a los niños de aquellas situaciones o contenidos que puedan generarles ansiedad o miedo". Esto implica evitar películas o videojuegos inadecuados para su edad y estar atentos a lo que consumen en internet. "Cuanto más los alejemos de ese tipo de estímulos, menos probabilidades habrá de que sufran pesadillas", afirma.
¿Qué pueden hacer los padres cuando sus hijos tienen pesadillas?
De nuevo, ambos expertos indican que lo primero es mantener la calma cuando el niño acaba de tener una pesadilla. Es fundamental acompañarlo con tranquilidad, escucharlo y explicarle que lo que ha vivido fue solo un sueño: no hay monstruos bajo la cama ni nadie que quiera hacerle daño. "El objetivo es que se sienta protegido, que entienda que está a salvo", asegura Estivill.
Eso sí, el doctor insiste en algo clave: no hay que cambiar las rutinas de sueño. No se recomienda llevar al niño a dormir a la cama de los padres ni quedarse con él toda la noche; basta con acompañarlo hasta que se calme y se vuelva a dormir. El Dr. Óscar Sanz añade: "Una técnica útil que recomendamos en la consulta es pedirle al niño que dibuje la pesadilla y luego romper el dibujo. Es una forma simbólica y visual de ayudar al niño a romper con el miedo".
En cualquier caso, ambos expertos señalan que las pesadillas forman parte del desarrollo infantil y, a priori, no deben preocuparnos. Sin embargo, si comienzan a ser muy frecuentes (más de 10 veces al mes) o sospechamos que existen causas más profundas —alteraciones emocionales u otros trastornos del sueño— es recomendable acudir a un especialista.
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