Qué fue

Se reencuentra con su familia por redes

De gran ayuda fue Facebook para un deportado enfermo y caritativa dama

  • Por: ANTONIO RAMÍREZ
  • 31 OCTUBRE 2017 - .
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Rumbo a Tampico, acompañado de sus hermanos al reencuentro con su madre.

Las redes sociales, cuando son empleadas positivamente y con un alto sentido humano se convierten en un instrumento capaz de convertir un sueño en una realidad palpable, de alcanzar lo que parecía inalcanzable y de hacer posible el reencuentro de una familia que por azares del destino había sido separada desde hacía más de 20 años.

Hace algunas semanas José González Hernández, de 51 años, quien residió durante algún tiempo en la colonia Cumbres, desde que las autoridades norteamericanas lo deportaron.

Él no tenía estudios, pero si muchas ganas de salir adelante, trabajando en la construcción, hasta que cayó en desgracia y tuvo que ser internado en el Hospital General, donde fue atendido, pero sus padecimientos requerían de tratamientos especializados que no podía solventar, por lo que su salud fue minándose.

Ya casi estaba desahuciado y González, pensaba que moriría sin volver a ver a su madre y sus hermanos, con quienes perdió toda comunicación desde que se fue a Estados Unidos.

Sabía que algunos vivían en Texas y otros en San Luis Potosí o Tampico, pero no tenía forma de comunicarse con ellos.

Pero, afortunadamente para él, hubo aquí en Reynosa quien se interesó en el caso y utilizó los medios a su alcance para lograr lo que para don José parecía imposible.

La licenciada Leticia Larios, responsable del equipo Red de Emergencia, cuyo lema es “Servir, ayudar y Salvar”, se interesó en el caso y utilizó las redes sociales para llegar hasta los hogares de los familiares de González y llegó el día tanto anhelado por los componentes de la familia González Hernández.

Desde Dallas, Texas se comunicó una de sus hermanas, quien estableció contacto con ella y prepararon el terreno para que en poco tiempo se diera el ansiado reencuentro.

Otros hermanos de don José viajaron desde Tampico, dispuestos a llevárselo y reintegrarlo al seno familiar.

Allá lo esperaba su madre y sus hermanos, después de más de 20 años de sufrir su ausencia y la angustia de ignorar su paradero.

Con sus ojos anegados en lágrimas, José exclamó “ahora si podré morir tranquilo”.

Pero su familia se lo llevó con la idea de luchar por él y tratar de superar la gravedad de sus padecimientos.

Tanto él, como su madre y sus hermanos, no dejaban de agradecer a las redes sociales que fueron las causantes de lo que para ellos fue, ¡un verdadero milagro!.


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