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Mucho misterio en la muerte de atropellado

Su mujer aun no puede reclamar el cuerpo debido a que no contaba con documentación de la que él no quería saber nada

  • Por: ANTONIO RAMÍREZ
  • 06 ABRIL 2018 - .
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El hombre que falleció el pasado 30 de marzo en el interior de esta casa en Villa Diamante estaba cubierto de un velo de misterio, tanto en su vida, como en su muerte.

La vida de Julio César Loeza Ramírez, en los últimos 5 de sus 35 años resultó ser un misterio que hasta ahora nadie a podido descifrar, pero su muerte resultó ser más misteriosa al grado que las autoridades no han aclarado, si realmente fue atropellado o resultó muerto en un atentado a golpes.

Como consecuencia del velo de misterio que lo rodeaba y que resultó impenetrable para su humilde pareja, ahora ella, la mujer con la que vivió los últimos 5 años de su vida, desde que arribó a Reynosa, procedente, supuestamente del Estado de México está batallando para que las autoridades le entregue su cuerpo para darle cristiana sepultura.

El individuo nunca tramitó algún documento oficial que lo identificara en plenitud, jamás confió a la mujer sus antecedentes personales o familiares. Se enojaba cuando le preguntaban sobre su familia, su lugar de origen o su pasado.

No quería hablar de nada de ello y de inmediato les cambiaba de tema cuando alguien solía preguntarle.

Julio César, tampoco contaba con un acta de nacimiento, jamás tramitó su CURP, argumentando que para nada los necesitaba, pues alegaba que no tenía necesidad de pedir trabajo en alguna empresa, donde suelen pedir esos documentos como requisitos para dar empleo, pues estaba seguro que lavando micros y automóviles sacaba lo suficiente para ganarse la vida.

Sin embargo en su muerte que resultó ser también, bastante misteriosa, su concubina, acudió a solicitar la entrega del cuerpo, pero no contaba con ningún documento para demostrar la relación sentimental y habría que realizar una serie de trámites que retrasarían la entrega.

LOS HECHOS

El pasado 30 de marzo, temprano en la mañana, Julio César fue levantado por un taxi, a petición de otra mujer con la que sostenía relaciones, pero en lugar de llevarlo a un hospital lo llevaron a un domicilio de la colonia Villa Diamante, Media Luna 113, donde falleció a consecuencia de las heridas que presentaba.

La mujer que lo recogió, dijo a las autoridades que lo habían atropellado, pero no dio más detalles sobre el caso.

Tampoco explicó porque lo llevó a su casa, si estaba herido y grave, convirtiendo el caso en un misterio que hasta ayer no había sido descifrado.


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