Mi Reynosa

Dale cuerda ¡y ya verás!

Reparar manecillas del reloj ya no es tan demandado, pero quienes lo hacen no lo cambian por nada

  • Por: VIVIANA CERVANTES
  • 02 AGOSTO 2018 - .
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“Considero esto algo completamente profesional, no cualquiera puede hacerlo, es equipo especial, hay que tener mucha paciencia y amor.” Miguel Ángel Flores Medrano

En el mercado Zaragoza están los relojeros más antiguos de la Ciudad. Desde adolescentes aprendieron del oficio con tan solo observar y de practicar con mucha paciencia, ahora son de los pocos sobrevivientes de esta actividad en peligro de extinción por el desplazamiento que ha surgido con las nuevas tecnologías.

Cesario Cavazos Chapa, tiene 75 años, 61 de ellos dedicados a la reparación de relojes, un oficio que se convirtió en su rutina de vida, sustento de su familia y al que describe como la mejor decisión.

“Es un trabajo del que me fui nutriendo poco a poco, aprendí a arreglar relojes de todos los tipos, pero mis favoritos son los Rolex, los finos, los que se utilizan para ocasiones especiales”.

Tiene acomodados meticulosamente cada utensilio en sus mostradores, herramientas chicas ó grandes adaptadas para cualquier cliente, durante sus años de experiencia recuerda con nostalgia la disminución de compañeros.

“Quedamos pocos relojeros, somos pocos, si acaso somos cinco en toda la Ciudad, hay muchos que dicen saben reparar pero la verdad es que solo cambian pilas, los verdaderos nos hemos ido acabando”.

Miguel Ángel Flores Medrano tiene su local cercano al de Cesario desde hace más de 30 años, él asegura que la clave para prevalecer en la profesión es acudir a capacitaciones por lo menos una vez al año.

“Considero esto algo completamente profesional…porque son piezas pequeñas”.

La situación económica por la que atraviesan los profesionales de las manecillas se ha mantenido estable, Flores Medrano dijo que en los últimos años el gremio se enfrentó a una gran oportunidad,  “se dicen muchas cosas de nosotros, pero la verdad es que nuestro mercado está en las mujeres, porque ellas utilizan relojes de varios colores y tamaños dependiendo la ocasión como un accesorio y nosotros somos los que damos mantenimiento”.

Él asegura que reparar relojes de cuerda, de herencia familiar o aquellos que permanecieron durante años sin funcionamiento son de sus retos favoritos.

El oficio que ambos practican no aparece en los registros de la Dirección de Empleo municipal, tampoco se cuenta con un sindicato o gremio formal.


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