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´Mi hijo habla solo´: causas y cómo acompañar esta etapa infantil

La mitad de niños entre 3 y 7 años o hablan solos o tienen un amigo invisible, según los expertos.

  • Por: GISELA RODRÍGUEZ
  • 02 JULIO 2025 - 04:49 p.m..
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¿Tu hijo habla solo o dice tener un amigo imaginario? Esta conducta, que puede sorprender o incluso preocupar a muchas madres y padres, es en realidad una etapa normal del desarrollo infantil.

Es el caso de Isabel, madre de tres niñas. La más pequeña, Lis, de 3 años, hace poco que empezó a hablar sola. Primero lo hacía en casa con el juego simbólico: "Jugaba a ser la profesora y hablaba con los muñecos, que eran los alumnos", cuenta su madre, pero más tarde comenzó a tener conversaciones en solitario en la puerta del colegio, en el supermercado, en la cola del pan o yendo por la calle: "De golpe se para, se gira y empieza a hablar con alguien. Cuando le preguntas con quién está conversando, te mira con cara de convencimiento, como queriendo decir ´¿es que no lo ves?´, con Juan o con Javier o con Martín, siempre con niños que van a su clase", cuenta Isabel. A pesar de que puede resultar sorprendente o preocupante, hablar en voz alta, interactuar con personajes imaginarios o tener conversaciones en solitario forma parte del juego simbólico y del pensamiento mágico típico entre los 3 y 7 años. Psicólogas infantiles explican a Psicología y Mente por qué no hay que alarmarse y cómo acompañar a los niños con respeto cuando aparece un amigo invisible.

Se trata de los llamados soliloquios, y según explica la psicóloga infantil Sara Tarrés, "es una forma natural de pensar en voz alta, ordenar ideas o regularse emocionalmente. Forma parte de su desarrollo cognitivo y emocional". Que hablen solos no quiere decir que tengan un amigo imaginario", explica. En esto coincide también la psicóloga infantojuvenil Mertxe Fernández: "Es una forma de enfrentarse a su mundo, de manera que nadie les lleva la contraria. Es una especie de ensayo para cuando se enfrente con los profesores o con los compañeros". Se calcula que la mitad de niños entre 3 y 7 años o hablan solos o tienen un amigo invisible, "que viene a ser lo mismo", dice Fernández.

Ver que los hijos hablan solos o tienen un amigo imaginario es algo que preocupa a los padres, incluso a algunos les resulta inquietante, aunque esto se debe a una mala asociación. "Hay gente que lo asocia a psicosis o a visiones, de ahí el temor, pero no tiene nada que ver", explica Fernández.

Los amigos imaginarios son una expresión del juego simbólico y del pensamiento mágico. "No tiene ninguna relación con tener un problema o sentirse solo", dice Tarrés. "De hecho, los estudios más recientes muestran que la mayoría de niños y niñas con amigos imaginarios son niños sanos, sociables, empáticos y con una gran capacidad imaginativa. Pueden haber vivido situaciones difíciles o bien tener una vida estable sin dificultades", añade.

¿Cómo actuar ante un amigo invisible?

Isabel no sabe cómo actuar ante el comportamiento de Lis: "No sé si insistirle sobre con quién habla, decirle que no hay nadie y que se lo está inventando, o incorporar esa fantasía en el día a día", dice. Los expertos opinan que lo mejor es afrontarlo con naturalidad y con respeto. "No hace falta dramatizar ni tampoco alimentar la fantasía", explica Tarrés.

Lo más indicado es escuchar y hacer preguntas abiertas del tipo: ¿Qué le gusta hacer? ¿Cómo se llama? ¿Qué está haciendo? Y normalizarlo sin "hacer mofa ni reírnos de él", añade Fernández. Esto es, precisamente, lo que hizo Sara Tarrés: uno de sus hijos tuvo un amigo imaginario durante un tiempo e incluso le ponía un plato en la mesa para comer o cenar. "Le hacíamos un sitio, hasta que un día, de la misma manera que vino, se marchó", cuenta la psicóloga.

¿Cuándo hay que preocuparse?

Los amigos imaginarios desaparecen hacia los 8 años. "En algún caso, puede ser que en la preadolescencia todavía se dé algún caso, aunque es muy raro", explica Tarrés. De entrada, no hay que preocuparse ante los soliloquios o los amigos invisibles, aunque sí se recomienda estar atentos a algunas señales: "Si el niño o niña está obsesionado, si no juega con nadie más o si dice que ha hecho tal o cual cosa porque se lo ha pedido este amigo imaginario", explica Fernández.

"También hay que estar alerta si el pequeño muestra angustia o malestar en relación a este amigo, si hay una pérdida de control con la realidad o si el amigo es muy intrusivo o amenazador", añade Tarrés. Este tipo de juego desaparece a medida que el niño va creciendo y una vez ha terminado su etapa de juego simbólico. Si el amigo invisible aparece en la escuela y el niño o niña habla con él, tampoco hay que sufrir porque nadie se va a reír de nuestro hijo. "Hay muchos niños que también tienen uno, incluso se lo cuentan entre ellos", concluyen las expertas.



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