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Maternidad en situación de cárcel

Una de las situaciones más triste para ambas partes es que al cumplir 6 años, niñas y niños tienen que salir de los penales

  • Por: EL UNIVERSAL
  • 08 MAYO 2019 - .
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Cuando los niños crecen con ellas, las madres; se dan cuenta que el penal no es un ambiente ideal para ellos.

El 10 de mayo es una de las fechas más importantes para las familias mexicanas, ya que se celebra el día de las madres.

En México este día es muy especial, pues los festivales en las escuelas no se dejan esperar y es ahí donde muestran el gran amor que sienten los niños por sus mamás.

Sin embargo, esta dicha no todas las madres la pueden sentir, pues hay mujeres que saben sólo pueden tener a sus hijos por seis años.

Esas mujeres se encuentran en varios sistemas penitenciarios y por ley deben separarse de sus hijos al momento en que sus pequeños cumplan los 6 años de edad.

De acuerdo con el último Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales, existían 549 menores de 6 años viviendo con su madre en los centros penitenciarios en el país, si bien es cierto que ningún ser humano elige dónde y en qué circunstancias nacer, resulta complejo pensar en la vida que cientos de niños pasarán sus primeros años de vida entre las complicadas circunstancias propias de un centro de reclusión.

El embarazo de mujeres encarceladas es común ya que hasta el 60% de los embarazos se dan cuando ya han recibido sentencia.

Debido a estas situaciones estos niños no contarán con la alimentación y la atención médica apropiada, pues desde el embarazo hasta el nacimiento del infante, la madre tendrá varias circunstancias de estrés, ansiedad e inseguridad que genera encontrarse en un estado de hacinamiento.

Sin embargo, una de las situaciones más triste para ambas partes es que al cumplir 6 años, niñas y niños tienen que salir de los penales, si tienen familiares irán con ellos, si no se integraran a un albergue del gobierno, dicha situación sumada al abandono social que sufren las mujeres internas las puede llevar a una depresión que complica su readaptación social.

La Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México indicó que sólo el 12% de las mujeres internas no tienen registrado a ningún familiar en su "kardex" para autorizar visitas, no obstante, el 70% no recibe visita alguna, en contraste con los más de 36 mil hombres en prisión, de los cuales 9 de cada 10 tiene visita familiar o conyugal frecuente.

Al respecto, Jimena Cándano, directora general de Fundación Reintegra, enfatizó en la necesidad de reflexionar sobre esta situación. "El abandono familiar del que son víctimas las mujeres que han cometido un delito complica sus posibilidades de reinserción social, por ello resulta primordial terminar con los estigmas sociales que las aíslan tanto en prisión como una vez que recuperan su libertad".

Cándano también nos relató que este es un tema muy sensible, ya que muchas de estas mujeres tienen varias historias complicadas jurídicamente. "Como mujer y mamá te pega mucho más saber varias historias de terror que viven varias de las internas, sobre todo por el abandono que sufren y el daño que estás situaciones le hacen a sus hijos. Y es que la maternidad en este tipo de situaciones no es la ideal, pues en muchas ocasiones no hay una red familiar, lo que hace que al llegar el momento de la separación está se vuelva muy complicada y dolorosa".

Al preguntarle cómo es que llegan a vivir estás mujeres ese momento la Directora General de Fundación Reintegra detalló: "Ese momento es muy delicado, pues cuando el niño es un bebé se llegan a preguntar ¿dónde estará mejor mi hijo? Y piensas varias alternativas, pero cuando los niños crecen con ellas se dan cuenta que el penal no es un ambiente ideal para ellos, pero a la vez los quieren con ellos, pues son su soporte ante la situación que viven".

Es por ello que cuando llega el momento de la separación y tienen familiares que se harán cargo de sus hijos, ellas tienen la esperanza de que ellos podrán visitarlas y verlos crecer.

En caso de que no tengan a nadie, los niños podrían ir al DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia) o bien a alguna fundación.

En el caso específico del DIF es probable que los niños no vean más a su mamá hasta los 18 años, edad en que ellos salen del albergue, pues en su gran mayoría este tipo de Instituciones no tiene los recursos para llevarlos de visita con su mamá.

El caso de estar en alguna fundación la situación puede cambiar y los niños pueden visitar a sus madres", señaló Cándano.

Las separaciones suelen ser muy duras por lo que Jimena reveló que es necesario tener más psicólogos en los Centros Penitenciarios. "Antes y después de la separación es importante trabajar tanto con la madre como con el hijo este tema, ya que a los niños no se les puede generar expectativas grandes como el que van a estar mejor sin su mamá, ya que está siempre les va a ser falta.

Mientras que para las mamás está situación también es dura, pues saben que tendrán un nido vació y por desgracia hay pocos centros que tienen psicólogos que las apoyen. "No hay programas de apoyo en este tema y debemos recordar que la primera infancia es lo que te marca para el resto de la vida. Es bien importante trabajar con ellos para que, por más dolorosa que sea la separación, los niños tengan un futuro más brillante".

En este rubro Jimena también comentó qué pasa con los niños cuyas madres pasarán varios años en la cárcel. "Hay fundaciones que tienen hasta los 18 años así como el DIF, pero por desgracia estos niños no son adoptables, ya que sus madres aún en la cárcel tienen su patria potestad. Esta situación los vuelve muy vulnerables y es que desafortunadamente nadie nos enseña a ser madre y el mismo daño le haces a tu hijo si eres una mamá sobreprotectora o abandonadora y en eso es en lo que tenemos que trabajar".

Ante esta situación Jimena exhorta a la sociedad a poner su granito de arena, pues todas las fundaciones tienen necesidades que pueden ser apoyadas por diferentes talentos.

Actualmente Fundación Reintegra se ha encargado exitosamente en desarrollar programas y talleres enfocados en la prevención del delito, dichos talleres se imparten en el Centro de Prevención Comunitaria ubicado en la calle Héroes 59, en la colonia Guerrero, al centro de la Ciudad de México. 


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