Sin trabajo y sin dinero

“Soy fumigador ambulante y lo mismo recorro el centro de Reynosa que las colonias populares en busca de quien me de la oportunidad de servirle. Soy de Matamoros pero vengo a buscar chamba acá porque allá está peor la situación”, dijo con honda     preocupación.
Camino añadió, grandes distancias para poder encontrar alguien que me compre lo que ando vendiendo, pero hay ocasiones en que “no tengo ni para pagar el pasaje a la ciudad donde vivo y cuando esto pasa pues ni modo cuando me agarra la noche, busco un lugarcito por ahí para dormir o me voy a una plaza pública.”
Otras veces unos se compadecen de mí y me dan un aventón hasta la ciudad donde vivo, cosa que les agradezco bastante.
“Ahorita, ya son las 12:00 horas y nada más me he tomado un solitario café porque no traía para un panecillo. De veras que estamos muy fregados con todo y lo que digan las autoridades en cuanto a que ya están mejorando las cosas”, indicó.
En estos dos o tres últimos años ha escaseado notablemente la demanda de los productos que traemos y que sirven para matar hormiga, araña, cucaracha, mosco común, aquél que transmite el dengue, termita, alacrán, pulga, garrapata, ratas, víboras y otras alimañas más.
Para terminar su relato, Víctor quien no tiene familia que mantener, aseguró que “me ha ido como en feria pero no me rajo y voy a seguirle hasta que Dios quiera, porque de alguna forma tengo que sobrevivir”. (Por Rubén Hernández Olmeda / ruben.hernandez@latarde.com.mx)