Interminables filas en hospital

Río Bravo, Tamps.

Con una cantidad superior a los 74 mil afiliados a la Unidad de Medicina Familiar número 17 del Instituto Mexicano del Seguro Social, la demanda rebasó por completo la cobertura de salud.

Es un panorama que se ve y lo viven día con día cientos de derechohabientes del IMSS, en donde, como don Jesús y María, ya sea en el turno matutino o vespertino, tienen que esperar hasta por horas para ser atendidos y que les toque el turno.

Cuenta el Seguro Social con apenas 8 consultorios, uno dental, un laboratorio y una farmacia, que en lo más mínimo dan abasto en cuanto a la demanda de los servicios de salud. Por lo general es el IMSS una unidad en donde se apilan en múltiples ocasiones generando un caos de afiliados con mínimo margen de espacio, porque no hay de otra, sobre todo en cuanto a los servicios de laboratorio y para las radiografías.

En las afueras de la unidad, por si fuera poco, no se cuenta con algún tipo de carpa para resguardarse de los fuertes rayos del sol o la lluvia, se parapetan entre los árboles, y si tienen suerte de llevar consigo un paraguas, al menos se protegen un poco.

Don Gustavo Ríos, otro afiliado, dice que, si de por sí cuando consultan algunos van ya mal, ahí terminan empeorando.