Mi Reynosa

Vende comida para pagar una operación

Necesitan por lo menos 500 mil pesos, Edith tiene más de 10 años en tratamiento renal

  • Por: VIVIANA CERVANTES
  • 19 NOVIEMBRE 2019 - .
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Su familia le apoya en la elaboración de alimentos, que ha ofrecido a través de redes sociales.

Apenas tenía 19 años cuando Edith Vazquez Cabrera fue diagnosticada con un problema renal, en cuestión de días se enfrentó a diálisis, medicamentos especiales, cuidados y medidas extremas de salubridad, ahora,10 años después ha encontrado esperanza en una operación cuyo valor asciende a los 500 mil pesos, el problema es que carece de recursos.

Por eso emprendió junto con su familia la venta de tamales, pozole, tacos, enchiladas, mole, menudo, empanadas, chiles rellenos, entre otros antojitos mexicanos a manera de colecta, desde su casa en la calle Quinta de la colonia El Olmo.

“Estamos vendiendo dos o tres veces por semana, aunque a veces me siento muy mal y solo vende mi mamá o mis hermanos, pero la causa es la misma, yo tengo seguro pero ahí no me quieren operar porque se considera de alto riesgo, ya que también hay un detalle en el corazón, por eso busque un particular, lo que nos frena es que no tenemos dinero, la estamos pasando muy difícil”.

Para extender su mercado, Edith optó por publicar sus platillos en redes sociales, donde ha obtenido una respuesta favorable, incluso le han contactado para hacerle pedidos por adelantado.

Aún así, la meta económica se ve lejana.

”Yo le pido a todas las personas que tenga la oportunidad de comprarme comida que me ayuden, estoy organizando también un bingo, lo que necesito es medio millón de pesos, tengo casi 10 años en tratamiento renal y aunque ha sido difícil yo no me rindo, tengo esperanza, tengo sueños, planes a futuro, afortunadamente me ayuda mi familia, seguimos para adelante”.

Debido a la gravedad de su padecimiento se vio obligada a dejar la universidad, le faltaba 1 año y medio para graduarse como Licenciada en Pedagogía, al hablar sobre ello, su voz se quiebra, las palabras se vuelven difíciles de pronunciar y mientras piensa en ello, se aferra a un tanque de oxigeno con el que carga por toda su casa.

”Quizá me lleve un par de años reunir lo que necesito para operarme, pero yo no me desanimo, mi hermano resultó compatible y él está dispuesto a donarme el riñón”.

Su mejor compañía se han vuelto sus mascotas “Candy“ y “Taco” quienes fielmente la siguen aunque sus pasos sean lentos.

Los interesados en apoyarla pueden hacerle pedidos a través de sus redes sociales en donde aparece con su nombre completo, o depositar en la cuenta 5204165365222094 a nombre de su madre, María de la Luz Cabrera Valencia. 

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