Mi Reynosa

Sobrevive de la bondad de automovilistas

Si una persona con todos sus miembros llega a batallar para encontrar trabajo, con la falta de una pierna es peor

  • Por: CARLOS PEÑA
  • 03 DICIEMBRE 2018 - .
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Es difícil para una persona que no tiene una pierna trabajar en Reynosa por la inseguridad, dice Jacinto Martínez Vargas.

Si de por si ya es difícil para una persona con todos sus miembros completos un trabajo en Reynosa por las constantes balaceras, para alguien que le falta una pierna y de chofer, es prácticamente imposible desempeñarse en un ambiente de inseguridad.

Tal es el caso de Jacinto Martínez Vargas, quien fue atacado por el padecimiento de la Diabetes, al que se le infectó un dedo del pie izquierdo y la infección le afectó el pie y la pierna a través del hueso, por lo que le tuvieron que amputar  la extremidad.

Hoy, alejado de su familia, Martínez Vargas quien llegó a Reynosa hace décadas proveniente del municipio de González, se sostiene de lo que le dan conductores y transeúntes en la salida del puente internacional Reynosa-Hidalgo.

Sin casa propia, pues vive en una vivienda de renta por la cual paga mil 400 pesos al mes, dice que junta monedas de las que les dan caritativamente norteamericanos, mexicoamericanos y mexicanos que llegan a Reynosa desde Estados Unidos.

Hace tiempo cerca de la plaza principal a algunos como el, les dijeron que les iban a dar trabajo, pero luego ya no se oyó nada.

Confiesa que tiene que hacer ejercicio constante para que no se le entuman los brazos, el pecho y la espalda, así como la pierna derecha por las jornadas sentado en la silla de ruedas.

Lo que más practica son "lagartijas", principalmente para mantener fuertes los brazos y el pecho.

Haga frío o haga calor, prácticamente todos los días acude a su cita con los automovilistas para poder seguir viviendo con lo que le dan.

A veces junta hasta 400 pesos en un día.

Dijo que a veces recolectaba menos porque una "viejita" también se colocaba en una silla de ruedas a pedir para el sustento, y la gente prefería darle a ella.

De repente la señora no llegó ya.

Así se pasa los días Jacinto en silla de ruedas y que vive con lo que le dan los automovilistas que legan a Reynosa desde los Estados Unidos.


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