Mi Reynosa

Espera Artyom asilo de Estados Unidos

Fue designado con conductor de un tanque pero fue destruido por los enemigos quienes acabaron con todos sus compañeros

  • Por: CHRISTIAN GONZÁLEZ
  • 21 AGOSTO 2025 - 03:51 p.m..
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Artyom, de 42 años, originario de un país cercano a Ucrania pero formado en Rusia, permanece en Reynosa mientras espera una oportunidad de solicitar asilo en Estados Unidos.

Artyom, de 42 años, originario de un país cercano a Ucrania pero formado en Rusia, permanece desde hace un mes en Reynosa, a la espera de que las regulaciones estadounidenses sean más accesibles para poder solicitar asilo. Mientras tanto, pide permiso al albergue Senda de Vida para trabajar con un mecánico que habla inglés. Artyom menciona que sus trabajos no tienen una remuneración fija: depende de la persona si le quiere dar algo o no.

Su travesía comenzó hace tres meses en Tapachula y continuó hacia Ciudad de México, Monterrey y finalmente Reynosa, viajando siempre en bicicleta. Explica que viajaba solo de noche para evitar los efectos del sol, la deshidratación y otros peligros del camino.

 "De Tapachula me fui a Ciudad de México; andaba en las noches porque me decían que el sol podía enfermarme y estaba demasiado fuerte. Me encontraba con serpientes, arañas y otros animales, y autoridades me quitaron el dinero en el camino. Lo más difícil fue una caída de Monterrey a aquí, donde quedé tendido en la carretera de noche sin poder levantarme. Además, la inseguridad fue constante", relató.

Artyom huyó de la guerra en su país de origen. Fue reclutado como mecánico de tanques y conductor, pero decidió escapar durante una jornada de exploración. El tanque que debía tripular fue destruido por los enemigos, sin sobrevivientes, y el gobierno ruso le atribuía la pérdida, buscando responsabilizarlo.

 "Yo trabajaba normal como mecánico y me llevaron a la guerra. En una jornada me escapé; destruyeron el tanque, murieron las personas y a mí me querían hacer responsable. Fue entonces que viajé buscando refugio. Aquí tampoco estoy a salvo, pues me pueden remitir. Necesito cruzar a Estados Unidos para mayor seguridad", dijo.

Tras pasar por países como Turquía y Venezuela, México se convirtió en su última parada, pues ya no cuenta con recursos para continuar su viaje. La bicicleta fue su opción más viable.

Artyom reconoce que permanecer en Reynosa implica riesgos, pero asegura que no tiene nada que perder y mucho que ganar. Además, menciona que no está solo: varios ciudadanos rusos se encuentran en el municipio esperando la oportunidad de cruzar a Estados Unidos.

"Puede ser peligroso, pero era esto o la guerra: o moría allá o podía morir aquí. Ahora estamos aquí y estoy muy agradecido con el pastor Héctor por darme la oportunidad de estar aquí. Yo ya no tengo nada, esto es todo lo que tengo", afirmó.

Se suma a un grupo amplio de inmigrantes que esperan que las regulaciones estadounidenses faciliten el acceso a asilo. Mientras tanto, valoran los apoyos recibidos por ciudadanos locales para sobrellevar la espera y enfrentar los desafíos del tránsito fronterizo.


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