Porte de armas lleva a jóvenes a la cárcel
La mayoría proveniente de municipios con altos índices delictivos, como Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Altamira

A 23 kilómetros de la capital del estado, en el Centro de Internamiento para Adolescentes, ubicado en Güémez, se atienden entre 15 y 20 jóvenes que cometieron delitos, como uso de armas, tráfico de drogas y violación.
La directora de Ejecución de Medidas para Adolescentes, Maribel Leticia García Barrientos, detalló que la mayoría proviene de municipios con altos índices delictivos, como Reynosa, Matamoros, Nuevo Laredo y Altamira.
Y aunque enfrentan cargos por delitos graves, no todos cumplen sentencias firmes; algunos están en espera de resolución judicial bajo medidas cautelares.
La titular del DEMA dijo que "Actualmente estamos oscilando entre los 15 y 20 adolescentes y se está trabajando en talleres, en escuelas. Estamos a punto de tener a cinco adolescentes con certificado: tres de preparatoria, uno de secundaria y uno de primaria".
La funcionaria destacó que los casos más comunes por los que los adolescentes ingresan a este centro están relacionados con delitos de alto impacto, enlazados directamente con el crimen organizado.
"Son delitos graves, principalmente de portación de arma de fuego de uso exclusivo y, desgraciadamente, tenemos que decir que por violación", precisó.
Cada menor recibe una intervención personalizada que toma en cuenta sus necesidades psicológicas, pedagógicas y sociales, toda vez que se diseña un "traje a la medida", como le llaman, para atender los problemas de cada joven.
Contrario a lo que se piensa, muchos de los jóvenes no están cumpliendo una sentencia penal, sino medidas de tratamiento temporal.
El rango de edad de los internos va desde los 14 hasta los 18 años y, aunque hayan cumplido la mayoría de edad, debe cumplir la medida cautelar que le imponga el juez.
Aunque la problemática de violencia juvenil en la entidad es constante, la directora aseguró que no ha habido un incremento en los internamientos.
Para lograrlo, la Dirección implementó un modelo de seguimiento integral, incluso una vez que el adolescente egresa del internamiento.
"Tenemos un proyecto que fuimos capacitados por el Ministerio de Justicia de Canadá para darle seguimiento a esos adolescentes y que, precisamente, no haya una reincidencia... Con el mismo personal que tenemos les damos seguimiento a ingresarlos, a reintegrarlos, a reinsertarlos en su familia, en la cuestión laboral o en un taller".
EL ORIGEN: LA FAMILIA AUSENTE
En cuanto a los factores que influyen en la conducta delictiva juvenil, García Barrientos aseguró que, principalmente, es la desintegración familiar.
Uno de los mayores retos, dijo, es la ausencia del núcleo familiar durante el proceso de reinserción, pues el 75 por ciento de los adolescentes no son acompañados durante este proceso por sus padres o sus familiares cercanos.
"Tengo 20 adolescentes, nada más a cinco vienen a verlos; entonces, es donde empieza esta desintegración".
Y aunque los casos no siempre están ligados a antecedentes penales familiares, la situación social de los menores suele estar marcada por entornos complejos.
"Por lo regular, les digo, portación de armas o que andan en la delincuencia y que se les está dando una oportunidad".
En ese sentido, la directora lanzó un exhorto directo a madres y padres de familia: "Que platiquen mucho con ellos, que los escuchen, que convivan con ellos, que les den tiempo, ahora sí que de su tiempo, para que sepan cuáles son las necesidades de sus hijos. Mucha comunicación".
EL DATO
El rango de edad de los internos va desde los 14 hasta los 18 años.
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