Un sueño compartido
De la mano de su padre y su abuelo, quienes lo acompañan en esta y en todas las travesías, el joven portero no descansará hasta cumplir su meta

Franco Torres viajó de Monterrey a Reynosa para participar en las visorias del América. El sueño de ser futbolista profesional es algo que comparte con su abuelo, don Paco y con Francisco, su padre, quienes lo acompañan en esta y en todas las travesías.
La mala fama que tiene esta frontera por temas de inseguridad, el calor extremo y cualquier otro obstáculo, no detendrán a los Torres, quienes incluso ya tienen en su agenda otras visorias en el centro del país.
"Hay que apoyarlo, acabamos de ir a unas visorias de Pumas, ahorita estamos aquí para las del América y vamos a ir a otra en Puebla, nosotros lo vamos a apoyar hasta donde él diga para que pueda cumplir su sueño", afirmó Francisco.
Franco tiene 13 años de edad y ha jugado para la Academia Tigres Country, en los Leones de Nuevo León (Tercera División) y en el Colegio San Patricio. Tiene buena estampa, mide arriba de 1.75 metros, es Tigre de corazón y su ídolo es Nahuel Guzmán. Los visores ya lo vieron acción y ahora toca esperar, ya que también necesita algo de fortuna para pasar al filtro final.
"Antes jugaba basquetbol y dibujaba mucho, entonces se me hacía sencillo usar las manos ... la primera vez que vi futbol fue en un mundial y vi como atajaba Ochoa y pues dije, yo quiero ser portero", relató el chamaco para resumir cómo llegó a este deporte.
Ni su abuelo ni su padre fueron futbolistas así que todo dependerá de él y sus atajadas. No sabe si lo logrará pero disfruta ponerse los guantes y ser el ídolo de la familia Torres.
"Siempre están conmigo en mis partidos (su familia) y me motivan mucho, yo quiero ser futbolista y gracias a ellos voy a ir a todas las pruebas que se puedan", finalizó.
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