Reconstruido

Ciudad de México

Aquel manual fue una de las guías que más ayudaron al creador del sab hop, su propio género musical, a salir de una etapa que describe como "dark", donde estuvo atrapado hace un año, pues tras grabar el álbum Fogateras empezó un proceso de introspección que lo ha llevado al bienestar.

Para lograrlo se dedicó a conocerse, a leer cosas que ha escrito, a aplicar lo que ha aprendido en dos años de terapia y a aplaudirse sus éxitos, algo que le costaba.

"Me dije: ´párale, descánsale, medita´. Replanteé todo: qué quiero, a dónde voy, quién soy... Empecé a comer mejor, a hacer ejercicio, fue un cambio muy drástico. Me encerré en un estudio una semana a escribir el próximo disco, pero antes de esa semana estuve dos meses investigando de mí.

"Estuve leyendo cosas mías viejitas, necesitaba un renacimiento. Me di cuenta de que me había perdido a mí mismo y gané un chingo al darme cuenta de eso. La misma gente me dice que se nota, es la nueva etapa, el Sabino 10.0, porque he pasado por varias etapas.

"Empecé a leer de muchas rutinas y hábitos que fui perdiendo. Me puse mucho a hablar con mi niño interno, me di cuenta de muchísimos miedos e inseguridades que tenía, que tenían estancado a Sabino por miedos del niño Pablo. No podía crecer Sabino si no le decía que lo voy a cuidar, porque ya crecimos", compartió el tapatío, en entrevista.

Pablo Castañeda Amutioque, su nombre real, le tiene un cariño especial a Fogateras, estrenado en diciembre, por ser un material personal y catártico que le permitió, al fin, tener algo tangible donde explora más su voz cantada y muestra sus canciones con guitarra, como suele componerlas.

Su pesar es que, por su estado anímico, no quiso hacerle promoción ni apostar por una mayor producción, algo que ha cambiado para su próximo material, Perder Para Ganar.

Tiene previsto estrenar sencillos mensualmente. Acaba de lanzar "Como lo Marca el Manual", y así lo hará hasta liberar el álbum completo, en septiembre.

"Fue un proceso ´dolorosón´. Me tuve que pedir demasiado perdón a mí y a mi gente. Es difícil darte cuenta de todos tus monstruos y tenerlos que aplacar, darte cuenta de que la cagas. Es bien fácil victimizarse; soltar y bajar la guardia fue lo que me ayudó mucho.