Qué pex

¡Rebeldía pura!

Ante más 16 mil fans en el Palacio de los Deportes la cantante comprueba que no existe otra “Reina del Pop”

  • Por: REFORMA
  • 08 ENERO 2016 - .
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Madonna sigue siendo una chica rebelde de corazón.

A sus 57 años, Madonna sigue siendo una chica rebelde de corazón.

Y es que, para el décimo tour de su carrera, la intérprete retoma temas recurrentes en su obra, como el amor, el sexo, la religión, la moda y el romance, pero los adereza con tecnología de punta y una puesta en escena vibrante y ecléctica.

Todo para comprobar que no existe otra “Reina del Pop”, un decreto con el que los 16 mil 160 fans que asistieron ayer al Palacio de los Deportes parecían estar de acuerdo.

A través de cuatro actos, Madonna explota en su show las épocas, culturas y estilos que la apasionan: desde la valentía de Juana de Arco y el honor de los samuráis, hasta la sensualidad latina, el atractivo de los años 20 y las fiestas “millennials”.

El listado de canciones, plagado de palabras que bien podrían referirse a ella, embellece los ostentosos vestuarios creados por marcas como Prada, Gucci y Miu Miu, y cuyos accesorios son rebuscadas coreografías y un aroma clásico de polémica.

La “Chica Material” salió al escenario 45 minutos después de lo planeado, hasta las 22:15 horas, luego de un débil set de apertura del DJ Lunice, quien fungió como telonero.

Pero la espera valió la pena: los fans, en su mayoría adultos de entre 30 y 40 años, varios pertenecientes a la comunidad gay y muchos más estancados en los 80, se emocionaron cuando Madonna irrumpió en el Domo de Cobre ¡en una jaula!

La peculiar prisión apareció por sorpresa desde arriba del escenario, mientras tres pantallas verticales se fusionaban para hacer un visual gigante y 10 bailarines ataviados como verdugos medievales recibían a la cantante con sus lanzas doradas.

“México, ¿cómo están?”, exclamó la intérprete al final de “Iconic”, el tema de apertura, y segundos antes de “Bitch I’m Madonna”, con la que se despojó de su kimono rojo y armó una fiesta junto a un grupo de geishas y expertos en artes marciales.

Tras la extravagante introducción, Madonna se posicionó con su guitarra justo en el centro del símbolo que ella misma ideó para el Rebel Heart Tour: un pasillo en forma de flecha y cruz que culmina en un enorme corazón y que conecta con el escenario.

Fiel a su alma transgresora, la artista invitó a escena a cuatro bailarinas vestidas como monjas con bikini, quienes prendieron el ambiente con un sensual baile en tubos en forma de cruz, todo al ritmo de “Holly Water” y “Vogue”.

La escena continuó con la misma Madonna subiéndose a un crucifijo gigante y bailando “pole dance” sobre una chica, para después recrear “La Última Cena” junto a su séquito, todos inmersos en movimientos sexuales, provocativos y arrebatados.

“Devil Prey” cerró el primer acto del show, dedicado a la religión, con la presencia de un clérigo afroamericano y una danza que evocaba al bautismo de los presentes.

COMPARTE ADMIRACIÓN POR FRIDA

La cantante estadounidense Madonna compartió en su cuenta de Twitter una fotografía en la que aparece junto a una fanática caracterizada como Frida Kahlo y quien fue la afortunada que subió al escenario de la artista la noche del miércoles durante la presentación que ofreció en la ciudad de México.

La intérprete, quien vistió una playera de Frida en una parte de su show, acompañó la instantánea con el mensaje: “Siempre quise compartir el escenario con Frida, mi héroe! Mi perra sin complejos”.

¡’HAZME UN HIJO’!

 Cerca de setenta personas entre fans y curiosos se reunieron a las afueras de un hotel de Paseo de la Reforma para ver salir a Madonna rumbo al Palacio de los Deportes por su segunda fecha en México.

Fue escoltada por motocicletas de tránsito del Distrito Federal, su personal estuvo por más de una hora planeando la estrategia para evitar a los seguidores dando falsas alarmas, hasta que a las 17:01 horas salieron tres camionetas en sentido contrario sobre la calle Burdeos para tomar un atajo y evitar contratiempos sorprendiendo a todos. Los fans, que traían globos en forma de corazón, camisetas y hasta una manta con la portada del último disco de la cantante, “Rebel Heart”, quedaron desilusionados, pues nadie pudo verla.

Algunos de ellos llegaron desde mediodía comentando sobre su concierto de ayer y su amor por Madonna con gritos como “si tu hijo Rocco no te quiere adóptame a mi” o “hazme un hijo”.

Incluso hubo algunos intentos de cánticos. “Estamos por la decepción porque ni se asomó aunque le regalamos una noche de diez ayer”, decían algunos al dispersarse.

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