Sin deseos de vivir se ahorca diabético

Javier Hernández Martínez, de oficio taxista se mató, antes que la diabetes acabara con él.

Al ir a reclamar el cuerpo de su esposo, la señora Julia Lanto García, de 54 años, relató como en los últimos días de su existencia éste había perdido ya el deseo de vivir. 

El taxista Javier Hernández Martínez, de 51 años, residente en la colonia Beatriz Anaya, padecía desde hacía más de 20 años de diabetes, pero en un principio se atendía y tomaba sus medicamentos a tiempo. Sólo que en las últimas fechas descuidaba su alimentación, no tomaba a tiempo sus medicamentos y parecía estar esperando su muerte. 

Ya no salía a trabajar, se la pasaba dormido, por la debilidad de su organismo debido a los estragos de la diabetes. Julia, dijo que ella era la que tenía que salir a trabajar para buscar el sustento familiar. Se empleaba como doméstica por dos o tres días a la semana, pues procuraba estar más tiempo al pendiente de él. Pero Javier, cansado de sus padecimientos decidió colgarse con un cordón eléctrico en la puerta de la cocina de su domicilio. 

Ahí lo encontró su esposa cuando pretendía salir al patio a buscarlo la noche del pasado sábado. El fiscal segundo investigador, Jesús Treviño Vega, esperó que el médico legista practicara la autopsia para entregarle a la familia el cuerpo del suicida.