Mi Reynosa

A sus 82 años libra del fuego a su hijo

Ante el incendio de la fábrica de tarimas don José alerta a vecinos y empuja a su hijo en silla de ruedas para salvarle la vida

  • Por: RODOLFO SOL
  • 03 AGOSTO 2018 - .
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Don José con su hijo socorridos desde temprano por sus vecinos.

Los 82 años y el cuerpo que ya no le responde al cien, no le pesaron a José Ascención Menchaca Ortiz.

Alertó a los vecinos y sacó a su hijo discapacitado en la silla de ruedas, antes de que la hoguera en que se había convertido la vivienda de madera se convirtiera para ambos…en una tumba.

“Salimos por la parte trasera porque el frente ya se estaba quemando por completo y no había por dónde pasar. Empezaron las llamas tremendas con el aire. Me asusté.

“Como no oigo ni veo muy bien mi perrita empezó a mover la puerta y me levanté, vi que todo estaba alumbrado. Lo que hice fue alertar a los vecinos, que sacaran a sus hijos, que se estaba quemando todo”, recuerda con claridad el hombre.

Él hizo lo propio con José Luis Menchaca Moreno, de 54 años, amputada su pierna derecha por la diabetes.

Al sentir el calor intenso José Luis subió a la silla de ruedas y don José lo empujó hasta la calle. Unos vecinos la ayudaron a alejarse hacia la esquina.

Juanita, otra vecina, les dio albergue…y desde ahí vieron como se consumía su patrimonio.

“Pero agradecidos con Dios por haber salido con vida”, suelta don José.

Todos daban por muertos a don José y su hijo, hasta que alguien les dijo que ellos ya estaban a salvo.

Ayer, hasta la vivienda en escombros de don José, llegaban vecinos con comida, ropa y otros artículos para ayudarlo.  

“Son mis angelitos. Usted lo está viendo; nos traen que agüita, que café..son personas de buen corazón. Esos gestos no se olvidan nunca. Es un agradecimiento para estas personas que Dios las manda”, dice emotivo el abuelo. 

“Estamos tristes porque no tenemos nada”, pero salvo la vida con su hijo “y eso es lo que importa”.

Colchones, un perro, electrodomésticos, mesas, sillas y otros aparatos perdieron don José y su hijo, pero eso ya no importa…es cosa menor. 


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