Río Bravo

Visitan a sus madrecitas en el cementerio

Su pérdida es un hueco que no se cubre con nada

  • Por: ARMANDO GONZÁLEZ
  • 11 MAYO 2019 - .
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Como muchas familias más al pie de la tumba lloran al ser que les dio la vida, así se vieron los camposantos en el día de las madres.

Bastante concurridos se vieron los camposantos desde temprana hora con motivo del Día de las Madres, recordar es vivir, es un hueco que jamás se cubre con nada ni los años lo pueden borrar, te lo llevas hasta el último día de tu existencia y quizá más allá.

Ayer como años anteriores gracias a la empresa que nos brinda la oportunidad de poder desarrollar nuestro trabajo en lo que más nos gusta, visitamos los panteones de la ciudad, en especial el Antiguo, uno de los íconos de la ciudad.

Caminando y realizando nuestra labor informativa siempre enfocada a mantenerlo informado con total veracidad, escuchamos a lo lejos una música bastante nostálgica nos acercamos y pudimos ver a varias madres de familia con sus hijos como barrían una tumba y lloraban, nos decidimos a entrevistar a una de ellas, dijo llamarse entre lágrimas Lourdes.

Le agradecimos de entrada la oportunidad de entrevistarla pues se veía bastante afectada, y bueno entre el llanto nos dijo que su madre tenía apenas casi 4 meses de haber fallecido, le confesé también que mi mamá tenía 30 años que partió, que yo era apenas un joven de 18 años cuando el destino me la arrebató, y que aún es fecha que la recuerdo que aunque muerta aquí vive siempre en mi corazón, y aunque a veces me siento como un huérfano se que desde donde se encuentre igual me cuida, y lo mejor que algún día volveremos a reunir para no separarnos jamás.

Y nos dijo: “es algo que nunca se supera, todos los días ahí está, nunca deja de doler, sientes que no puedes respirar, todos los días viene a mi mente, me dicen que no debo de llorar pero no puedo, no dejó de pensar en ella, es algo muy difícil, que jamás se olvida, nunca lo voy a superar”.

Y al igual que ella sus hermanas y hermanos también se encontraban con gran pesar por el sensible deceso, y después de agradecerle seguimos con nuestra labor viendo como llegaba más gente al panteón, cuando de pronto vimos entrar una carroza con todo y cortejo fúnebre, nos retiramos meditando cuantos años más regresaré al mismo lugar.


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