Olvidan control de viejos ductos
Algo ‘normal’ que se den derrames en área urbana de Altamira
Altamira, Tam.
Al menos 25 pasivos ambientales prevalecen desde hace varias décadas principalmente en la zona rural de Altamira, mismos que han contaminado una gran extensión de cultivos y hasta cuerpos de agua; se trata de brotes naturales de petróleo crudo llamadas “Chapopoteras”.
Otro de los problemas por derrames de crudo son las líneas y pozos mal sellados, que con el paso del tiempo y por el aumento de la temperatura ocasionan brotes, y sobre esto Pemex carece de un control y atención.
Sobre este problema se intentó conocer la versión de Petróleos Mexicanos y desatendieron la solicitud de información.
Sabedora de la situación que existe en torno a la contaminación ambiental por petróleo crudo, la alcaldesa Alma Laura Amparan señaló que este municipio es uno de los más afectados, sobre todo por los pasivos ambientales que existen en la zona ejidal e incluso en áreas ya pobladas.
Después de la emanación que se registró el 25 de julio en el CBTIS 105, la alcaldesa aseveró que sostendría una reunión con directivos locales de la paraestatal a quienes se les pediría un informe detallado de los pozos bloqueados y líneas en desuso que existen en el municipio.
Además –apuntó- que pediría dar una solución a los pasivos ambientales que se tienen en los ejidos, pues ha causado fuerte deterioro ecológico, “que vengan, supervisen y procedan a reparar todo”, demandó la alcaldesa de Altamira.
PEGA AL CAMPO
Toribio Cruz González, productor de la zona rural de Altamira, detalla que existen pasivos ambientales que han estado olvidados y que corresponde a Petróleos Mexicanos darles solución.
Menciona que hay pasivos ambientales producto del mal sellado de pozos petroleros, como es el caso de los ubicados en las comunidades de Providencia y Naranjo y el otro en el ejido Vuelta de la Yegua, mismos que han causado la infertilidad de la tierra, además que los mantos friáticos han sido contaminados.
Otros dos se ubican en los ejidos Chapopote y Las 3 B en el noroeste de la cabecera municipal; en éstos, el petróleo ha llegado a la laguna del Champayán, creando con ello que no haya pesca.
“El crudo ha llegado por años a la Laguna del Champayán... Allí en el Chapopote y Las 3 B. Ahí no hay pesca y algunas especies quedan atrapadas en el petróleo crudo. Hasta reses han muerto allí”, lamentó Cruz González.
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