Mueren migrantes ahogados en el río

Los agentes nada pudieron hacer, madre e hijo fueron arrastrados por la corriente.

Brownsville, Tx.

Cuando aún está en la memoria colectiva la imagen de un padre abrazando a su hija, ambos ahogados en el río Bravo a finales de junio de este año, la tragedia se hace presente nuevamente con la hondureña Idalia Herrera, que fue arrastrada por las aguas de este río, junto a su hijo de dos años. La historia, lamentablemente se repitió.

Tanto el esposo de Idalia Herrera, como otros dos hijos de la pareja, permanecían en Estados Unidos, esperando algún día poder reunir a la familia en el país por lo que agotaron las posibilidades para que Herrera ingresara a los EU.

Luego de solicitar asilo y tras poco más de dos meses en un campamento destinado a migrantes, ubicado en Matamoros, Tamaulipas, la mujer decidió intentar cruzar el Río Bravo para llegar lo más pronto posible con el resto de su familia. Tomó a su pequeño de dos años y junto a otros migrantes, la mujer de nacionalidad hondureña, se adentró en las aguas de este peligroso río.

“Estamos muy tristes. Hemos llorado porque la conocimos y la verdad es que no era lo mejor tirarse -cruzar- otra vez”, dijo a Univisión Noticias, Iris Bahona, amiga de la mujer que fue arrastrada por la corriente del río Bravo.

Las amigas que Idalia hizo en el campamento de Matamoros, le dijeron que no valía la pena que se arriesgara ella y mucho menos arriesgara al niño, a no sobrevivir a la fuerza con la que fluye el río Bravo, sin embargo, fue su esposo quien la ánimo a hacerlo para reunirse con ellos en EU.

“Nosotros le dijimos varias veces que no lo intentara porque si volvía a caer, siempre la iban a retornar para acá, pero ella dijo que no, que por sus hijas lo iba a volver a hacer”, dijo Elsa Marilí Portillo, amiga de Idalia, y que permanece en el centro migrante en Tamaulipas.

“Tenía la ilusión, igual que todos acá, de reunirnos con nuestras familias”, dijo Elsa, sobre lo que llevó a Idalia a cruzar el río Bravo.

EN VIDA. Idalia Herrera y su pequeño hijo no pudieron alcanzar el sueño americano.