La mujer verdugo

La historia de México también registra una mujer que cometía secuestros de jovencitas, a quienes las torturaba y asesinaba sólo por placer

Guadalupe Martínez de Bejarano se convirtió en la mujer más odiada de México en los primeros años de Siglo 20.

Su negra fama la hizo acreedora que tuviera un corrido compuesto por Antonio Vanegas Arroyo que tituló “Corrido de La Temible Bejarano”, pero eso no es todo, también el famoso grabador José Guadalupe Posada publicó varias ilustraciones para informar de la primera mujer asesina serial de México.

De su infancia se desconoce todo. No hay registro de dónde era originaria ni si hubo algo pertubador que la convirtiera en una mujer asesina organizada, motivada por satisfacción sexual y depredadora.

Por su modo de operar se considera que provenía de la clase social alta de la Ciudad de México.

También se sabe que estuvo casada con un hombre de apellido Bejarano, aunque se desconoce su nombre, pero el matrimonio tuvo por lo menos un hijo llamado Aurelio Bejarano Martínez.

Son todos los datos biográficos que se tienen.

La Policía la detuvo porque existían denuncias y rumores de que en la casa de Guadalupe Martínez de Bejarano había personas secuestrada y torturadas. 

Cuando los policías actuaron fue demasiado tarde, ya que se descubrieron que había sido asesinadas por los menos tres víctimas, todas mujeres.

La primera víctima que fue identifica fue Casimira Juárez, una niña que posiblemente fue secuestrada y luego torturada hasta morir.

Las otros dos víctimas fuero las hermanas Guadalupe y Crescencia Pineda. Ambas fueron asesinadas.

Los periódicos se aquella época dieron información de la depravación de la mujer.

La forma de actuar era la siguiente: atraía a sus víctimas con la promesa de emplearlas en su casa como sirvientas, es por eso que se cree que era de alta posición social.

Luego de ganarse su confianza las conducía a su casa para que se instalaran. Pasaban unos días como sirvientas y parecía que toda relación seria laboral, pero a los pocos días Guadalupe Martínez de Bejarano mostraba sus verdaderas intenciones.

Esclavizó a sus víctimas y las sometía a tortura con tintes sexuales. En especial, disfrutaba de obligarlas a sentarse desnudas sobre un bracero ardiente y también desnudarlas y colgar a sus víctimas amarradas de las muñecas.

Quedaban suspendidas del techo y luego eran golpeadas con un látigo para arrear ganado. Para asesinarlas las dejaba morir de hambre.

Cuando fue detenida se defendió diciendo que el responsable fue su hijo Aurelio, pero fue precisamente su hijo quien primero la hundió y ayudó a los policías para que encarcelaran a Guadalupe Martínez de Bejarano como responsable de crímenes y secuestros de niñas.

Pero la justicia también encarceló a Aurelio y fue condenado a dos años de prisión porque no hizo nada para detener a su madre.

La sociedad quería la pena de muerte para la culpable, quien también era conocida como La Mujer Verdugo.

La débil legislación de México antes de la Revolución hizo que “La Temible Bejarano” pasara pocos años de prisión. Fue condenada sólo a 10 años.

Fue recluida en la cárcel de Belén, que era una prisión para mujeres. Fue necesario que estuviera en solitario porque las demás reclusas no la querían cerca de ellas.

La Temible Bejarano murió de causas naturales antes de cumplir su condena.

Actualmente el caso ha pasado al olvido, pero fue uno de los primeros episodios que conmocionaron a la opinión pública.