Todos tenemos derecho a creer en lo que sea, siempre que eso no afecte nuestro estilo de vida o el de otros.
En ocasiones, dejarnos llevar por mitos o leyenda no es una buena opción y las consecuencias pueden ser peligrosas al hacerlo.
Sobre todo si tienen que ver con animales a los que se deben tratar con cuidado, ya sea por su fuerza o porque tienen veneno.