Es cierto que a muchos nos gusta ver esas fotos en blanco y negro o sepia de nuestros abuelos.
La elegancia de la época, sus vestuarios y peinados, sus fotos de revista, entre otras cosas, siempre nos resultan encantadoras, porque pareciera que la época en que vivieron era digna de las estrellas de Hollywood.
Y a muchos nos pasa. No podemos dejar de mirarlas, porque tienen un encanto único.