Hay una dimensión positiva de todo este problemazo llamado coronavirus: como la gente se está guardando en casa para evitar contagios, las calles de las ciudades y pueblos se han visto libres de gente por primera vez en varios años. Este panorama beneficia a los animalitos, ya que ahora pueden salir a recorrer y ocupar los espacios sin vivir el miedo de que aparezca alguna amenaza bípeda.
Si hablamos poéticamente, podríamos decir que los animales están recuperando todo el terreno que nosotros, humanos depredadores, les quitamos para construir nuestro imperio. Y la justicia siempre llega: ahora nadie estará para espantar a los animales, que tendrán pase libre para merodear por donde gusten. Países como Japón, Tailandia, España e Italia han visto animales salvajes circular por sus calles y recorrer sus aguas, pero ahora nos centraremos sólo en los animales terrestres, que reemplazaron de lleno a los vehículos ahora estacionados por un buen rato.
A continuación, les dejamos este universo paralelo en donde los animales se convierten en humanos, y los humanos nos convertimos en animales domésticos.