Un comerciante de origen México-texano fue encontrado muerto a golpes y flotando en las aguas del río Bravo, ayer poco antes del mediodía.
Fueron elementos de la Border Patrol, quienes al patrullar por el río a unos 3 kilómetros al oriente del puente internacional Reynosa-Hidalgo, descubrieron el cuerpo flotando.
Pensaron que se trataba de algún indocumentado que trataba de hacer realidad su sueño americano, pero una vez que elementos de una cuadrilla de rescate de Protección Civil del lado mexicano se desplazaron a bordo de una lancha acudieron hasta donde se encontraba el cuerpo, descubrieron que no era ahogado, sino una víctima más de un crimen de esos que tratan de ocultar bajo las aguas del Bravo.
Precisamente en el lugar hasta donde lo llevaron para facilitar la labor de los investigadores y peritos de la PGJE, elementos de la Guardia Nacional (militares integrados a la GN) al inspeccionar el lugar encontraron varias piezas dentales que evidentemente fueron arrancadas de manera violenta de la víctima.
Asimismo encontraron documentos y credenciales de Tomás Herrera, comerciante residente en Estados Unidos.
Precisamente al lugar acudieron familiares del hombre y confirmaron su identidad.
Había en el lugar numerosas evidencias que los investigadores en coordinación con peritos de la Procuraduría estarían analizando detenidamente.
El cuerpo lo llevaron los rescatistas hasta la orilla frente al Hospital Regional del Río, precisamente donde se cree que lo asesinaron horas antes. En el lugar encontraron un cinturón, pantalón y otras prendas de la víctima.
A él lo arrojaron en un bóxer solamente. Tenía huellas de que lo habían tenido encintado y atado de sus manos, además de haberlo golpeado brutalmente.
Las diligencias en el lugar duraron más de 3 horas, en virtud de que los policías inspeccionaron los alrededores y encontraron numerosas evidencias que encapsuladas fueron entregadas a los peritos para su procesamiento dentro de la carpeta de investigación.