Me emborraché e hice el ridículo

Peligros de beber demasiado Alcohol.Estos son los motivos por los que emborracharse lastra tanto la salud como la vida social

Todos hemos escuchado historias de esas noches de copas que terminan en anécdotas vergonzosas. Como psicólogo especialista en adicciones, he escuchado innumerables relatos de personas que, tras una noche de excesos, terminan diciendo "me emborraché e hice el ridículo". Pero, ¿qué nos lleva a perder el control?

El alcohol es una sustancia que deprime el sistema nervioso central, lo que inicialmente puede desinhibirnos y hacernos sentir más sociables y relajados. Sin embargo, a medida que la ingesta aumenta, nuestra capacidad de juicio se ve comprometida. Las inhibiciones se desvanecen y podemos terminar haciendo cosas que en estado sobrio jamás consideraríamos. Desde cantar a gritos en medio de la calle hasta confesar secretos sin filtro, el alcohol puede transformar a la persona más reservada en el alma de la fiesta... o en el foco de atención (por las razones equivocadas).

Todos hemos escuchado historias de esas noches de copas que terminan en anécdotas vergonzosas. Como psicólogo especialista en adicciones, he escuchado innumerables relatos de personas que, tras una noche de excesos, terminan diciendo "me emborraché e hice el ridículo". Pero, ¿qué nos lleva a perder el control?

El alcohol es una sustancia que deprime el sistema nervioso central, lo que inicialmente puede desinhibirnos y hacernos sentir más sociables y relajados. Sin embargo, a medida que la ingesta aumenta, nuestra capacidad de juicio se ve comprometida. Las inhibiciones se desvanecen y podemos terminar haciendo cosas que en estado sobrio jamás consideraríamos. Desde cantar a gritos en medio de la calle hasta confesar secretos sin filtro, el alcohol puede transformar a la persona más reservada en el alma de la fiesta... o en el foco de atención (por las razones equivocadas).


NO ME ACUERDO DE LO QUE HICE ANOCHE

Uno de los efectos más preocupantes del consumo excesivo de alcohol es la amnesia temporal, comúnmente conocida como "laguna mental". Esto ocurre cuando bebemos tanto que nuestro cerebro no es capaz de formar nuevos recuerdos.

Al día siguiente, podemos despertar con un vacío en nuestra memoria, sin recordar partes de la noche anterior, lo cual es un claro indicador de que hemos bebido más allá de lo que nuestro cuerpo puede manejar.

Las lagunas mentales no solo son señales de alerta sobre nuestro consumo de alcohol, sino que también nos ponen en situaciones de vulnerabilidad. No recordar significa que no tenemos control sobre nuestras acciones y decisiones, lo que puede llevar a consecuencias peligrosas o dañinas para nosotros mismos o para los demás.


¿CÓMO SE COMPORTA UNA PERSONA BORRACHA?

El comportamiento de una persona borracha varía ampliamente. Algunos se vuelven más habladores, otros más silenciosos. Algunos ríen sin parar, mientras que otros pueden caer en llanto o en un estado de agresividad. Lo que es común en todos los casos es una disminución de la coordinación motora, dificultad para hablar claramente, y una notable disminución en la capacidad de tomar decisiones racionales.

En el consultorio, he escuchado historias de personas que, bajo los efectos del alcohol, han tomado decisiones que van desde enviar mensajes inapropiados a ex parejas hasta intentar realizar actos peligrosos como saltar desde alturas o conducir a altas velocidades. Estas acciones, que parecen desconectadas de la personalidad habitual del individuo, son manifestaciones de la disminución de la función ejecutiva del cerebro causada por el alcohol.


CÓMO DEJAR DE BEBER ALCOHOL

Dejar de beber alcohol puede ser un desafío, especialmente si se ha convertido en una parte habitual de la vida social o si se utiliza como mecanismo de afrontamiento. Sin embargo, es un paso crucial para muchos en el camino hacia una vida más saludable y consciente. Aquí hay algunas estrategias basadas en mi experiencia profesional que pueden ayudar:


1. RECONOCER EL PROBLEMA

El primer paso para cambiar cualquier hábito es reconocer que existe un problema. Esto puede ser difícil, especialmente si el consumo de alcohol está socialmente aceptado o incluso alentado en su círculo social. Escuchar a amigos o familiares que expresan preocupación puede ser un buen indicador de que es hora de reevaluar su relación con el alcohol.


2. BUSCAR APOYO

No tiene que hacerlo solo. Ya sea amigos, familiares, grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos o un terapeuta especializado en adicciones, tener una red de apoyo es vital. Estas personas pueden ofrecerle una perspectiva externa, aliento y consejos prácticos basados en sus propias experiencias de superación.


3. ESTABLECER METAS CLARAS

Decidir dejar de beber es un gran paso, pero ¿qué significa eso para ti? ¿Quiere dejar de beber por completo o simplemente reducir su consumo a un nivel más saludable? Sea específico en sus metas y establezca hitos que pueda alcanzar y celebrar.


4. ENTENDER TUS DISPARADORES

¿Qué situaciones o emociones le llevan a beber? ¿Estrés, ansiedad, aburrimiento, presión social? Identificar estos disparadores puede ayudarle a desarrollar estrategias para enfrentarlos sin recurrir al alcohol.


5. DESARROLLAR ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO ALTERNATIVAS

Una vez que conozca sus disparadores, puede trabajar en encontrar otras formas de manejarlos. Esto podría incluir técnicas de relajación, como la meditación o el ejercicio, o encontrar nuevos hobbies o actividades que le proporcionen satisfacción y disfrute.


6. CAMBIAR SU ENTORNO

A veces, el entorno puede hacer más difícil dejar de beber. Esto puede significar hacer cambios en su círculo social o evitar ciertos lugares donde la tentación de beber es fuerte. No es fácil, pero suele ser imprescindible para su recuperación. Imagina que una persona que intenta dejar de beber alcohol sigue saliendo todos los fines de semana con el mismo grupo de amigos que solo saben relacionarse bebiendo grandes cantidades de alcohol... Esa persona se verá muchísimo más tentada a beber, porque estará en un entorno que promueve y fomenta el consumo extremo. La persona necesita aprender a divertirse de formas diferentes (y más sanas).


7. MANEJAR LAS RECAÍDAS

Las recaídas pueden ser parte del proceso, pero no significan que haya fracasado. Cada recaída es una oportunidad para aprender y fortalecer su compromiso con la sobriedad. Lo importante es no rendirse y seguir adelante.


8. MANTENERSE OCUPADO

El aburrimiento puede ser un gran enemigo en el proceso de dejar de beber. Mantenerse ocupado con actividades que le resulten gratificantes puede ayudar a mantener su mente alejada del alcohol.


9. CELEBRAR LOS ÉXITOS

Cada día sin beber es un logro. Celebre los pequeños éxitos, ya que estos se sumarán y le ayudarán a construir confianza en su capacidad para superar la adicción.


10. BUSCAR AYUDA PROFESIONAL

Si sientes que no puedes manejar tu consumo de alcohol por tu cuenta, no hay vergüenza en buscar ayuda profesional. Un terapeuta especializado en adicciones puede proporcionarte las herramientas y el apoyo necesarios para superar tu dependencia del alcohol (y en mucho menos tiempo del que imaginas).