La importancia de socializar en la adolescencia

Estos son los motivos por los que los adolescentes deben mantener una vida social activa y variada

"Adolescencia" proviene del latín adolescere, en castellano, adolecer, un verbo que posee dos significados: por un lado, "crecer", y por otro, "tener cierta imperfección o defecto". ¿No son ambas acepciones formas adecuadas de caracterizar esta etapa de la vida? Los adolescentes se encuentran a medio camino entre la pubertad y la adultez, pero al mismo tiempo, esta instancia vital es más compleja que sólo un período de tránsito. Se trata de una etapa de grandes cambios en el propio cuerpo; pero también, de transformaciones a nivel psicológico y social.

Una de las transformaciones más destacables en este último ámbito es la construcción de la propia identidad en base a la conformación de nuevos grupos sociales, lo que requiere de que el adolescente esté dispuesto a socializar con sus pares y a desligarse del ala de sus cuidadores. Este proceso para algunos adolescentes puede ser espontáneo, resultando de la necesidad personal de adquirir mayor autonomía, mientras que para otros es más difícil vincularse con sus pares en los espacios que transitan a diario, tales como la escuela, el instituto o el club deportivo. Por tal motivo, en este artículo reflexionaremos acerca de la importancia de forjar vínculos personales y socializar durante la adolescencia.


LOS LOGROS Y LAS PÉRDIDAS DE LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es sinónimo de cambio o mutación; algunos autores directamente se refieren a ella como una "metamorfosis". El adolescente se encuentra ante el desafío de reelaborar el conocimiento que posee acerca de su propio cuerpo, identidad y entorno, a la vez que se desprende de algunas concepciones que había construido durante la infancia y la pubertad. Podemos tomar a la muda de piel de una serpiente como metáfora del mundo animal para pensar este proceso, ya que la serpiente, así como el preadolescente, comienza a llevar a cabo el "cambio de piel" cuando está preparándose para crecer.

Sin embargo, cuando un niño o niña crece, hay una piel de la que prescinde, algo que deja atrás de la infancia, una serie de creencias y comportamientos que pierde para continuar desarrollándose. Varios autores han ahondado en las pérdidas o duelos ante los que un niño se enfrenta al adentrarse en la adolescencia. En líneas generales, suelen coincidir en que son tres grandes pérdidas las que se producen: la pérdida del rol infantil —aquél lugar carente de responsabilidades y de tutela, bajo el resguardo de los padres—; la pérdida del cuerpo infantil —a pesar de su inmadurez psicológica, el cuerpo de los niños y niñas cambia, aparecen los vellos en todo el cuerpo, crecen los órganos genitales, aumentan de peso, dan "el estirón", entre otros—; y, por último, la pérdida de los padres de la infancia.

Esta pérdida nos resulta interesante de analizar con el objetivo de encaminarnos hacia la importancia de socializar en la adolescencia. La pérdida de los padres de la infancia implica que, aunque en el sentido estricto los padres sigan siendo los mismos, éstos son concebidos por el adolescente de una manera muy distinta. Es frecuente que los adolescentes adopten actitudes de oposición, crítica o juicio hacia los padres, sus modos de crianza y los valores que promulgan. En la adolescencia se produce una pérdida de la omnipotencia parental y de la admiración desmedida hacia los cuidadores. En cambio, es sustituida por la necesidad de admirar a otros, igual o más significativos que los padres: los semejantes, los amigos.


EL ROL PROTAGONISTA DEL GRUPO DE AMIGOS EN LA ADOLESCENCIA

De este modo, las relaciones estrechas e íntimas que el niño reserva para los integrantes de su familia comienzan a perder peso durante la adolescencia en favor del fortalecimiento de las relaciones de amistad. Los amigos se vuelven los nuevos confidentes y forman vínculos intensos e idealizados.

Además, son los amigos quienes dictan lo que está bien y lo que está mal; las amistades promueven un nuevo sistema de normas que puede ser diferente o completamente contrapuesto al que los padres enseñaban. Esto supone la apertura del adolescente a otras realidades, a otras posibilidades de configurar la propia identidad. Podríamos decir que gracias a los amigos los adolescentes comienzan a notar que son capaces de decidir quiénes son y en quiénes desean convertirse.


¿POR QUÉ ES IMPORTANTE SOCIALIZAR EN LA ADOLESCENCIA?

Todas estas modificaciones en la socialización son posibles gracias a la conformación de grupos. Las investigaciones al respecto del tema demuestran que el apoyo social es crucial para el bienestar individual y para minimizar los efectos adversos que pueden provocar las situaciones tensionantes en la vida; mientras que la disolución de las redes de apoyo es un factor determinante para el desarrollo de problemas psicosociales.

A lo largo del último siglo, diversos médicos, psicólogos y pedagogos estudiaron la conformación de grupos como un hito propio de la adolescencia. En líneas generales, se tomó la escuela o el instituto como los ámbitos predilectos para la reunión entre pares, específicamente, la hora de salida o del recreo. No obstante, aunque todavía es posible y habitual que los adolescentes hagan amigos en estos ámbitos, cada vez es más frecuente la socialización por otro medio: las redes sociales.


LA SOCIALIZACIÓN ENTRE ADOLESCENTES EN LA ERA DIGITAL

Los adolescentes de hoy no son los mismos que hace treinta años (ni siquiera, hace quince). El acceso masivo a Internet desembocó en la configuración de identidades adolescentes necesariamente anudadas a los medios digitales. En otras palabras, los adolescentes actuales se identifican como adolescentes por la cultura digital; por los videojuegos que frecuentan para divertirse y conversar con sus amigos; por los perfiles que crean en sus redes sociales, y por el contenido que producen y consumen en línea.

Es comprensible que muchos padres consideren que sus hijos pasan demasiado tiempo frente a las pantallas de los distintos dispositivos electrónicos de la casa. Lo más probable es que, en efecto, tanto adolescentes como adultos destinen una excesiva cantidad de horas al uso del teléfono celular. No obstante, esto no es motivo para negar el acceso a los adolescentes a redes sociales o considerar que son una pérdida de tiempo.

Es importante regular las acciones que llevan a cabo los adolescentes estando en la web, pero a la vez, también es necesario otorgarles la libertad de contar con un perfil virtual, de moldearlo a su gusto y de vincularse de forma responsable con sus pares vía este medio. Más allá de las resistencias, gran parte de la socialización en la adolescencia se libra en el plano digital, en los mundos virtuales, en los mundos posibles.