¿Es verdad que el Herpes puede causar Demencia?

Esto es lo que los últimos estudios científicos muestran sobre la relación entre demencia y herpes

La demencia es la pérdida o el deterioro del funcionamiento de determinadas funciones cerebrales. Entre estas, suelen destacarse la memoria, el pensamiento, el habla, el razonamiento o incluso la conducta. Se estima que en España puede haber entre 500.000 y 600.000 casos, según datos de la Sociedad Española de Neurología.

Esta misma fuente sugiere que la demencia se encuentra entre las diez primeras causas de muerte a nivel nacional. Por ello, es una de las principales preocupaciones a nivel de salud pública, especialmente en la población de edad avanzada. Teniendo todos estos datos en cuenta, es comprensible que se inviertan muchos recursos en comprender lo mejor posible esta enfermedad.

Sin embargo, una de las cosas que menos podríamos pensar es que pueda haber relación entre una infección por herpes y acabar desarrollando la enfermedad neurodegenerativa conocida como Alzheimer. Estudios recientes están encontrando sorprendentes relaciones entre infecciones comunes y enfermedades neurodegenerativas. En este artículo te lo explicamos.

¿Qué es el virus del herpes?

Los virus herpes humanos (VHH) son un grupo de virus que afectan de forma común a los humanos. Los principales tipos son los siguientes:

HSV-1: causa principalmente el herpes labial.

HSV-2: causa principalmente el herpes genital.

VZV: causa la varicela y su reactivación el herpes zóster (culebrilla).

CMV (citomegalovirus) y HHV-6: suelen ser asintomáticos en personas sanas, pero en personas inmunodeprimidas pueden causar complicaciones como problemas neurológicos.

Es importante saber que la mayoría de la población mundial está afectada por alguno de estos virus y que no tienen cura definitiva. Es decir, después de la infección, permanecen en el cuerpo de forma latente durante años y pueden activarse de forma ocasional.

Estas reactivaciones no siempre causan sintomatología evidente, pero podrían estar generando una respuesta continua del sistema inmunológico. Esta activación continua puede llevar a una inflamación crónica en el sistema nervioso y esto, tal y como veremos a continuación, puede tener más consecuencias de las que se pensaba.

¿Se ha demostrado la relación entre el herpes y la demencia?

Recientemente se ha publicado un estudio en la revista Scientific Reports en el que se exploraba la posible relación entre infecciones por el virus de herpes y cambios en los biomarcadores sanguíneos que se asocian a la demencia.

Esta investigación se llevó a cabo con 167 mujeres de entre 26 y 98 años que no mostraban síntomas de deterioro cognitivo. Se analizaron muestras de sangre en las que se midieron los niveles de determinados biomarcadores que se relacionan con la demencia.

Los resultados mostraron que todos los biomarcadores aumentan con la edad excepto unos en concreto. Lo llamativo fue que el hecho de tener anticuerpos del VHH se asoció con un aumento significativo de los marcadores biológicos asociados a la demencia —en comparación con las personas que no mostraban una infección previa—.

Estos hallazgos se interpretan como una aportación más a toda la literatura científica que está creciendo en los últimos años en la que se documenta la presencia de biomarcadores de demencia en las muestras de sangre de personas que no padecen un deterioro cognitivo. En estas investigaciones se señala que las infecciones por virus comunes pueden modular dichos marcadores.

¿Qué son los biomarcadores de demencia y por qué son importantes?

Los biomarcadores son indicadores corporales que se pueden medir y señalan cambios que se producen a nivel biológico. Debido a los avances tanto en la medicina como en la tecnología, hoy en día muchos de estos se pueden medir mediante las muestras de sangre.

En el contexto de la demencia, se utilizan cada vez más estos indicadores con el fin de poder detectar de forma temprana la enfermedad antes de que aparezcan sus síntomas. Esto es especialmente interesante de cara a futuros tratamientos e intervenciones.

Entonces, ¿el herpes causa demencia?

No podemos hacer esta afirmación de forma rotunda. Es importante comprender que los resultados de este estudio —ni de los hechos hasta el momento— no establecen una relación causal directa. Es decir, a día de hoy no disponemos de pruebas suficientes como para afirmar que el herpes cause demencia.

No obstante, es cierto que los resultados obtenidos refuerzan la teoría de que la inflamación crónica inducida por este tipo de infecciones latentes puede fomentar la aceleración de los procesos neurodegenerativos.

Con todo y con eso, no podemos obviar el hecho de que hay otros factores que son igualmente importantes. Aspectos como la genética, la alimentación, el sueño, el ejercicio, las enfermedades cardiovasculares y la salud inmunológica pueden ayudar a prevenir o acelerar la aparición de enfermedades neurodegenerativas.

La inflamación crónica y el Alzheimer

Dentro de la investigación sobre la demencia, concretamente con el Alzheimer, la neuroinflamación se ha convertido en un aspecto clave. Hoy en día se sabe que cuando se da estrés inmunológico o infecciones persistentes el cerebro puede activar unas células que pueden acabar dañando las neuronas si se mantienen hiperactivas.

Los últimos estudios sobre inflamación crónica sugieren que esta no es solo una consecuencia de otras enfermedades, sino que también podría ser el origen de ciertas patologías. Enfermedades autoinmunes, infecciones como el herpes y favores como la microbiota intestinal pueden influir en la respuesta inflamatoria.

¿Podemos hacer algo para prevenirlo?

Tal y como mencionamos anteriormente, una vez contraído el virus herpes no se puede eliminar definitivamente. Por tanto, es de vital importancia mantener todas las medidas de higiene necesarias para poder evitar o minimizar al máximo los contagios.

Si ya hemos tenido infecciones previamente, hay ciertas cosas que podemos hacer para intentar reducir el impacto que pueda tener. Mantener un estilo de vida saludable y con niveles de estrés controlados nos ayudan a tener un sistema inmunológico más fuerte.

Por otro lado, cada persona debe valorar si considera necesario hablar con su médico para poder explorar la posibilidad de realizar pruebas o estudios adicionales.