Descubre cómo la implicación de los padres cambia el desarrollo emocional infantil

La implicación de los hombres en la crianza contribuye al desarrollo cognitivo de los hijos.

La implicación de los hombres en la paternidad y la crianza modernas, es decir, en los cuidados, todavía desafía los roles de género tradicionales y los estereotipos marcados desde hace siglos. Pero cada vez hay más voces que señalan que la corresponsabilidad y, en definitiva, el papel de los hombres es clave para conseguir modelos de familia más afectuosos que contribuyan a un mejor desarrollo cognitivo de los niños y las niñas.

Rompiendo roles patriarcales

Los padres que se responsabilizan de las tareas domésticas y de la crianza son conscientes de las desigualdades de género que históricamente han afectado a las mujeres, así como de la necesidad de construir vínculos más afectuosos con sus hijos, fuera de los cánones tradicionales.

"Tenemos la responsabilidad de romper comportamientos patriarcales", asegura Marc, que lleva varios años replanteándose su papel dentro de la familia. "Con mi pareja hemos organizado un reparto de tareas domésticas. Yo me encargo de ir a comprar y de cocinar. También estoy pendiente de las visitas al médico o de actividades que generan carga mental, como organizar las fiestas infantiles. Quiero que mi hijo y mi hija sepan que tienen un padre implicado con un enfoque de la vida diferente al de las películas o cuentos clásicos", reflexiona.

Aunque todavía hay contextos y sociedades donde el modelo en el que el hombre se desentiende del quehacer familiar sigue vigente, sí ha habido una transformación en cuanto a los roles y las relaciones afectivas, dejando de lado esos estereotipos asociados a la masculinidad, como que el papá es "el que trabaja, pone orden y no es cariñoso".

El cambio tiene origen en los movimientos feministas y su reivindicación centrada en las necesidades y desigualdades de millones de mujeres, "cuestionando el lugar de los hombres y llegando a plantear un reto fundamental a las concepciones hegemónicas de masculinidad, y en este sentido de la paternidad", explica la psicóloga María Alejandra Salguero en su artículo "Feminismo: masculinidades y paternidades".

Hay más corresponsabilidad que hace 50 años, pero todavía la balanza sigue inclinada hacia las mujeres. En España, según un estudio de Zurich Seguros, "el 69% de las madres considera que dedican más tiempo a cuidar a sus hijos o hijas que su pareja". Los padres, por su parte, expresan que les falta tiempo para contribuir al desarrollo educativo y emocional de los menores.

En el caso de Marc, él adaptó su horario laboral a la conciliación y a la crianza. "Si algún día a mi pareja le surge una situación en el trabajo, estoy capacitado para tirar del carro y hacerme cargo de los pequeños y de la casa", explica este padre, quien vive en Barcelona y asegura que es consciente de que su entorno contribuye al modelo que propone.

¿Existe el marco legal para un cambio real?

Un cambio contundente para lograr el equilibrio deseado requiere de políticas que contemplen la importancia de la contribución igualitaria.

En Latinoamérica, por ejemplo, las licencias de paternidad en la legislación están rezagadas, lo que significa un impedimento para que se establezca una crianza más conjunta y consciente desde el nacimiento, como así sucede en Suecia, Noruega, Islandia, Estonia, Portugal y otros países de Europa, donde las políticas son favorables e incluyen la duración completa del permiso parental con sueldo completo equivalente, así como los servicios de guardería para niños de entre 0 y 6 años.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lleva varios años impulsando una campaña para que los gobiernos promuevan un mínimo de seis meses de licencia parental remunerada, con el objetivo de reforzar los vínculos entre los progenitores y sus hijos. "No hay momento más importante para el desarrollo del cerebro de los niños –y por lo tanto de su futuro– que los primeros años de vida", enfatiza.

Beneficios para los hijos

Cuando los padres se involucran en el cuidado –explica la psicóloga Salguero– se reorganiza el trabajo del hogar y esto genera bienestar. Su participación favorece una educación respetuosa y merma las posibilidades de situaciones de violencia contra las mujeres y las niñas.

Una investigación realizada en Australia –que analizó a más de 3.000 infantes entre 4 y 8 años– arrojó que los padres que tienen más estudios pasan más tiempo con los hijos. De cualquier forma, que los hombres se involucren en la crianza tiene efectos positivos.

Si, además, los padres desarrollan con ellos actividades estimulantes y educativas, los resultados demostraron que "su participación [la de los padres] aporta beneficios elevados a sus hijos en términos de funcionamiento cognitivo", apunta el informe.

Marc disfruta mucho de la complicidad que tiene con sus pequeños. "Intento crear momentos a solas con cada uno, para pensar juegos nuestros y rutinas de afecto. Me encanta ver cómo aprenden y reflexionan sobre lo que les explico", destaca. También reconoce que todavía hace falta mucho trabajo. "Tenemos que exigirnos nosotros mismos para seguir rompiendo estereotipos y construir paternidades disruptivas que conecten emocionalmente y beneficien su salud mental", concluye.