Desde hace más de un mes, una cuadra completa de la calle Roble, ubicada entre Logan y Everest, en el fraccionamiento Balcones de Alcalá, permanece anegada por aguas negras que brotan del sistema de drenaje colapsado. La situación ha imposibilitado el paso peatonal, ha afectado el funcionamiento de los sanitarios en varios domicilios y ha generado un foco constante de malos olores, sin que la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) haya logrado ofrecer una solución efectiva.
Elementos de Comapa han acudido en repetidas ocasiones, pero sin las herramientas necesarias para atender la situación, de acuerdo con testimonios vecinales. María de los Ángeles, residente afectada, menciona que incluso tuvo un altercado con personal de Comapa cuando arribó un medio de comunicación, ya que los trabajadores llegaron sólo a observar sin equipo técnico, y se retiraron sin realizar intervención alguna.
"La calle completa está bajo agua; ya no fluye, ya no se contiene, todo se queda aquí y huele a drenaje desde que amanece", señala la vecina. Ante la falta de respuesta tuvo que pagar dos mil pesos a trabajadores particulares para intentar destapar el sistema desde su propiedad, sin éxito.
La problemática afecta directamente el acceso a los hogares. Los residentes han colocado bloques, llantas, cajas y objetos improvisados para cruzar la calle sin pisar el agua residual; sin embargo, en la mayoría de los casos esto no es suficiente y terminan por mojarse al intentar ingresar a sus domicilios. En algunos hogares se han construido pisos provisionales y barreras para impedir que el agua contaminada penetre las viviendas.
El sistema de drenaje dentro de las casas también se ha visto comprometido. Usar la regadera o el sanitario representa un riesgo, pues el agua residual puede regresar por las tuberías debido a la obstrucción exterior.
Vecinos del sector expresan molestia ante la exigencia del pago puntual y completo en los recibos de agua, que incluyen un cargo por sistema de alcantarillado, pese a que el drenaje se encuentra obsoleto y en condiciones que afectan la salubridad del lugar.
Hasta ahora no se ha brindado una solución definitiva. La calle sigue cubierta de agua sucia, el olor es permanente y el riesgo sanitario es evidente. Los vecinos continúan esperando una respuesta.