Una vida dando lustre

Elias mantiene el oficio de zapatero que aprendió de su padre

Repara desde la suela rota, hasta cose botas y zapatos, además bolea cualquier calzado: así ha pasado su vida desde los 16 años.

Elias Lopez Ramirez, es de oficio zapatero, de los pocos que quedan en Reynosa, es originario de Ignacio de la Llave, Veracruz y desde los 16 años su padre le enseñó la labor y hasta la fecha la desempeña.

De lunes a viernes de 8:00 a 14:00 horas se coloca en una esquina, entre la calle Praxedis Balboa y calle Cuauhtémoc en la colonia Hidalgo.

Realiza trabajos de 120 pesos reparando calzado que viene totalmente despegado, por lo que hace el pegado y luego cose el zapato, que es complicado.

“Gracias a Dios si tengo trabajo, hay zapatos que valen hasta 800 pesos, 500 a 400 pesos, los de marca y aquí les cobramos 100 pesos por reparación del par”,

Principalmente piden boleadas, además de costuras de los zapatos, por lo que el más caro es de 150 pesos y la boleada varia dependiendo el calzado, pero hay de 30 a 40 pesos.

AHORA LOS ZAPATOS YA NO DURAN SON CHINOS

Desde hace 20 años reside en Reynosa y para mitigar el calor, coloca una sombrilla, pone sus mesa y todo lo que utiliza para reparar el calzado, además de los productos para la boleada.

“Así como yo ya quedamos poco, porque como estamos cerca de los Estados Unidos, es más fácil comprar zapatos baratos, pero luego sale peor porque son chinos y no duran, la mayoría no dura, aunque los compren del otro lado se descomponen más rápido, ya no es como antes, ahora son de menor calidad”, recalcó.