Deserción escolar es principal reto del ITEA

Realiza instituto labor de convencimiento para que sigan preparándose

La deserción escolar representa uno de los mayores retos para el Instituto Tamaulipeco de Educación para Adultos (ITEA) en Reynosa, donde la resistencia de los estudiantes a continuar con sus estudios se ha convertido en el principal obstáculo para avanzar en los programas.

Sadot Lara, dirigente del ITEA en la ciudad, explicó que aunque cada mes se inscriben en promedio entre 180 y 200 personas, la deserción alcanza hasta 150 usuarios, lo que implica una labor constante de convencimiento por parte del personal técnico.

"Es una tarea titánica, hay que ir a las colonias, volantear, tocar puertas e invitar a la gente a que regrese. Pero si no hay interés, se nos desertan", comentó.

El funcionario señaló que la problemática no es exclusiva de la educación para adultos, sino que también ocurre en el sistema escolarizado tradicional, principalmente en secundaria y nivel medio superior, donde la dificultad académica y las actividades personales influyen en la continuidad de los estudiantes. En el caso del ITEA, añadió, los retos son mayores porque la población atendida está compuesta por jóvenes y adultos con responsabilidades laborales y familiares que muchas veces limitan su permanencia.

Precisó que el instituto ofrece un esquema flexible que permite a cada usuario avanzar conforme a sus tiempos y conocimientos previos. Explicó que, al momento de inscribirse, los participantes presentan un examen diagnóstico que determina los módulos pendientes para concluir su educación. En secundaria, por ejemplo, se deben acreditar nueve libros, pero dependiendo del resultado del examen algunos alumnos pueden avanzar más rápido.

"Hay personas que con su experiencia laboral, sobre todo quienes se dedican a oficios como la construcción, tienen habilidades en matemáticas, cálculo de áreas y presupuestos. Eso les facilita acreditar varios módulos desde el inicio", señaló Lara.


El proceso de acreditación puede variar entre cinco meses y un año, según el interés y la dedicación del alumno. "Todo depende de la persona, de las ganas que le ponga. Hay quienes concluyen un libro cada mes y terminan en corto tiempo, y otros que requieren más plazo", puntualizó.