Igual como ocurrió en el pasado —pese a los ofrecimientos iniciales de austeridad presupuestal— la Administración Municipal ha sido incapaz de no ceder a la manía de pintar el equipamiento urbano con alusiones de tipo partidista y político, como si deseara enviar un mensaje “subliminal” a los ciudadanos de quien gobierna en la ciudad.
Los puentes sobre el Canal Anzaldúas, han sido los primeros en esta campaña por “morenizar” el equipamiento urbano que es usado como escaparate político, aunque estos no voten.
Lo colores blanco y azul usados en los últimos 5 años, ahora son sustituidos por el marrón y blanco, en abierta referencia al partido político que gobierna la ciudad.
Mientras por las colonias de la periferia miles de familias padecen por calles anegadas de aguas residuales, ausencia de alumbrado público y áreas verdes inundadas de maleza y basura. Como prioridad inicial se pintan los puentes y avenidas con colores partidistas, ya después lo que sigue.
Es una tentación de los alcaldes en turno en Reynosa que en una actitud faraónica anhelante de tributo mediático y propaganda se llena la ciudad con colores, gastando en ello el precario presupuesto que se aleja de atender las auténticas necesidades de los ciudadanos.
En el futuro así seguirá esta costumbre, pintar todo con los colores del partido político y después lo mismo hará la que le siga y así por los siglos de los siglos.