Denuncia abuso policiaco de estatales

Carmen Balderas Sosa y su nuera Cheyla Berenice Saltillo Salas, denunciaron una serie de atropellos por parte de elementos de la Fuerza Tamaulipas.

Dos mujeres presentaron una denuncia formal contra elementos Estatales que ingresaron a la fuerza al domicilio, causando daños materiales, llevándose una camioneta que aún no encuentran. 

La afectadas se identificaron como Carmen Balderas Sosa, de 60 años y su nuera Cheyla Berenice Saltillo Salas, de 19 años, habitantes del fraccionamiento Caracoles, quienes arribaron a las 10:00 horas a la Procuraduría General de Justicia del Estado para exponer las denuncia contra efectivos de la Fuerza Tamaulipas por el delito de robo domiciliario, robo vehicular y amenazas, siendo atendida en las nuevas unidades de investigación por el delito de abuso de autoridad. 

En torno a los hechos declararon que ocurrió anteayer después de las 20:00 horas, cuando su nuera le aviso vía telefónica que uniformados de Fuerza Tamaulipas habían ingresado a la casa rompiendo la chapa de la casa, tomando las llaves de la camioneta Ford Explorer misma que se llevaron, por lo que alcanzó a los uniformados solicitándoles una explicación del por qué se llevaban el vehículo, los efectivos le respondieron que se dirigiera a las doce para cualquier información. 

Los propietarios del domicilio al examinar en el interior de la vivienda, se percataron que les habían robado dos aparatos celulares, una Tablet, tenis de marcas reconocidas, ropa diversa y aproximadamente cuarenta perfumes, además de destrozar la puerta principal de la casa. 

Posteriormente la familia afectada se dispuso a seguir a las patrullas al pasar por esta casa editora se detuvieron para exponer una queja ciudadana, al salir del este inmueble avanzaron unas cuadras y las estaban esperando las patrullas, cerrándoles el paso obligando a bajar de la unidad motriz a su hijo de nombre Edgar Contreras Balderas, de 39 años, a quien detuvieron y remitieron a las celdas porque presuntamente se encontraba en estado de ebriedad, para la liberación de su hijo pagó la cantidad de mil doscientos pesos en la caja de recaudación y de la camioneta le dijeron que estaba limpia pero que la habían mandado al corralón, pero ya fueron a preguntar y no hay nada suponiendo que se la robaron. ellos.