Río Bravo

Viven vecinos en la calamidad

La colonia Satélite tiene sus enormes cráteres, además de que camión recolector de basura sólo pasa una o dos veces al mes, si bien les va

  • Por: ARMANDO GONZÁLEZ
  • 22 OCTUBRE 2016 - .
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Este que se sitúa por las calles Apolo con Satélite fácilmente supera el medio metro de profundidad por cinco de ancho.

Haciendo honor a la estrella más cercana del planeta que es la luna, en el fraccionamiento Satélite persisten baches hasta de poco más de medio metro de profundidad hasta por cinco o seis de ancho, en donde fácilmente en tiempos de lluvias o por las noches sino se circula despacio al pasar un conductor distraído dejaría parte de la carrocería, sin contar las deficiencias que se siguen presentando en cuanto al servicio de la recolección de la basura. 

Una de las calles que más que un reto representan una verdadera pesadilla transitarlas, es la Apolo con Satélite del mencionado fraccionamiento, la cual literalmente a partido la arteria en dos y hasta cuatro partes al registrarse un bache que más bien se asemeja a una caminata lunar. 

Residentes del sector señalan que en repetidas ocasiones quienes llegan a pasar por ahí que no conocen el fraccionamiento, a veces nada màs se oye cuando esta oscuro como truenan los mofles y el ruido es muy fuerte, ni se diga cuando llueve las cosas e ponen peores, ya que a simple vista no se ve y es como si se tratara de una alberca para adolescentes. 

El panorama sumado a los baches y la inconsistencia en la recolección de la basura vienen a poner aún más gris el panorama, como por mencionar una, la calle Atlantis entre la Cometa y Asteroide, en donde vecinos refieren que el camión sigue pasando igual, es decir una o dos veces por mes a lo mucho, por lo que ellos optan mejor por juntarla y cuando ya hay suficientes montones van y la tiran a un basurero que por cierto no les queda lejos. 

“Tenemos la esperanza de que las cosas vayan a cambiar y de que tapen los baches y pase la basura más seguido”, manifestaron. Algo similar se vive en el fraccionamiento contiguo que es el Azteca en donde debido a que las constructoras en la mayoría de los casos le invierten y apuestan poco al pavimento, persisten arterias para ponerse a llorar. 


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