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Vinculan parrillada a cáncer de mama

Según una investigadora de l a Universidad de Texas, es posible que el pollo y el pescado posean un efecto protector

  • Por: AGENCIAS
  • 27 ABRIL 2017 - .
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Han descubierto que las mujeres que comen mucha carne asada, ahumada o a la parrilla y desarrollan cáncer de mama tienen más riesgo de morir que las que comen menos esos alimentos.

Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) han descubierto que las mujeres que comen mucha carne asada, ahumada o a la parrilla y desarrollan cáncer de mama tienen más riesgo de morir que las que comen menos esos alimentos.

Además, según los resultados publicados en la revista ‘Journal of the National Cancer Institute’, una mayor ingesta de este tipo de carne antes del diagnóstico también se asoció con un riesgo un 23 por ciento mayor de morir por cualquier causa.

De las tres tipos de cocción, el ahumado parece ser el peor, ya que el consumo de carne de cerdo o cordero ahumada se asociaba con un riesgo un 17 por ciento mayor de morir por cualquier causa y hasta un 23 por ciento mayor en el caso del cáncer de mama.

Tal y como reconoce Humbero Parada, principal investigador del estudio: “Hay muchos carcinógenos en las carnes a la parrilla o ahumadas”, que se forman durante la combustión de material orgánico. Las mujeres pueden estar expuestas a estos carcinógenos por el humo del tabaco o la contaminación atmosférica, factores que están asociados con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Algunas investigaciones previas ya habían sugerido que la exposición a estos productos químicos a través de la carne a la parrilla o ahumada puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, pero el estudio actual ofrece la primera prueba feaciente de que también influye en las probabilidades de supervivencia.


POLLO O PESCADO REDUCEN RIESGO

En cambio, las mujeres que preferían comer aves de corral y pescado antes o después de su diagnóstico del cáncer fueron un 45 por ciento menos propensas a morir en el estudio, en comparación con las que no comieron estos alimentos, algo que podría deberse a su niveles más bajos de grasas saturadas en relación con las carnes rojas.

También es posible que el pollo y el pescado tengan un efecto protector o que se deba a que las mujeres comen menos carne roja, ha añadido Carrie Daniel-MacDougall, investigadora del Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas en Houston, que no participó en el estudio.

Los resultados sugieren que las mujeres deben prestar atención a cómo cocinan sus alimentos para minimizar su exposición a sustancias químicas cancerígenas, según Mingyang Song, investigador del Hospital General Massachusetts de Boston y la Universidad de Harvard, que tampoco participó en el estudio.

“Estos productos químicos pueden ser producidos a partir de humo de madera o cuando la grasa y el jugo de la carne gotea en el fuego, provocando llamas y humo”, según Song.


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