La familia Illmans, que encontró este mensaje, entregó la botella y su contenido al Museo de Australia Occidental, donde el responsable de la sección de arqueología marítima, Ross Anderson, hizo las primeras investigaciones.
Dos guachacoleros se enfrentan a golpes por una botella, pero uno de ellos sacó a relucir una arma blanca con la cual lo hirió, dándose a la fuga