Se cumple un lustro del arribo de soldados a Mier
A 5 años de su llegada, aún prevalece la incertidumbre y preocupación entre la población
Cd. Mier, Tam.
Ayer lunes 24 de octubre se cumplieron 5 años de que el 105º. Batallón de Infantería del Ejército Mexicano arribó a este Pueblo Mágico para tratar de frenar la violencia de la narco-guerra que se desató de febrero a noviembre del 2010 y que aún prevalece, aunque en menor intensidad, pero todavía sigue la incertidumbre y preocupación de su gente honesta y trabajadora, ante el temor latente de que los episodios de inseguridad resurjan.
En aquel entonces y a consecuencia de los hechos de inseguridad inéditos en esta región fronteriza, miles de mierenses se vieron obligados a huir del pueblo con todo y sus familias; mientras que las pocas que permanecieron y se aferraron a su terruño, meses después serían fieles testigos del desfile de 600 soldados que marcó la historia con la llegada del personal castrense a esta ciudad.
Los episodios violentos del 2010 generados por la delincuencia organizada provocaron un éxodo masivo de familias que jamás habrían imaginado abandonar este Pueblo Mágico, el cual pasó de 6 mil habitantes a sólo 600.
Hubo quienes se refugiaron en un albergue que se activó temporalmente en Miguel Alemán; mientras que otros definitivamente se tuvieron que irse a radicar a otros municipios y a los Estados Unidos.
El Profr. Alberto González Peña que fungía como alcalde en el 2011, señaló aquel día que la llegada del Ejército Mexicano representaría mayor seguridad, solidaridad y la anhelada reconstrucción del tejido social.
El edil recordó que desde los años 1,800, no se había visto la presencia de tanto personal militar en el municipio; mientras que cientos de residentes recibían con agrado y alegría al personal castrense, al saber que podrían contar con algo de seguridad y tranquilidad.
En la actualidad, el Batallón de Infantería destacamentado en esta población cuenta con modernas instalaciones que ya están en proceso de ampliación.
Además, también se construyen módulos habitacionales para los soldados y sus familias como parte de un convenio o proyecto que realizan en conjunto, la Sedena y una empresa inmobiliaria que tenía 65 viviendas abandonadas.
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