Rápido y Curioso

Venganza y muerte (Cap. Cuatro)

Karina decide delatar a El Mero con la Policía en venganza porque terminó su noviazgo, pero también se vuelve una obsesión descubrir quién fue la chica que le robó el novio. Su odio crece porque perdió los privilegios de ser la novia del jefe de la pandilla y odiaba ser llamada la “ex”.

  • Por: EDUARDO ROJAS GALINDO
  • 14 OCTUBRE 2020 - .
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Nunca utilizó la palabra droga en frente de El Mero, sólo decía que la situación era difícil y que el camino era largo.

Luz sabía que las empanadas eran un disfraz para enviar droga. Sabía que El Mero era el principal distribuidor en la colonia Benito Juárez y sus mejores clientes eran los taxistas y choferes de los camiones.

Nunca utilizó la palabra droga en frente de El Mero, sólo decía que la situación era difícil y que el camino era largo, así consiguió más dinero por cada entrega de empanadas.

Como sus empanadas no se las comían, decidió ponerle menos piña, hasta que optó por comprarlas, al cabo nadie se las comía y se evitaba el trabajo de cocinar.

Aumentó el precio de sus empanadas. También su economía aumentó al grado que le preocupó a su familia, ya que empezó a comprar ropa cara, joyería y tenía en la mente adquirir un carro. Usado, claro, pero sólo tenía 15 años y un año antes no tenía nada.

-¿De dónde vienes?

-Fui a McAllen.

-¿A qué?

-A comprar ropa.

-Oye, tú te mandas sola o qué.

-¡Ay!, mamá.

-En qué pasos andas, hija.

-En ninguno malo, el dinero me lo gano vendiendo empanadas.

El Mero ya tenía bien posesionado su mercado, venían de otras colonias alejadas sólo a comprarle droga. Contrario a otros distribuidores, El Mero nunca lucía su riqueza, sino que se iba a otras ciudades a gastar el dinero. Le encanta ir a la playa. Can Cún se convirtió en su lugar favorito.

-Hola Mero.

-Hola Laurita, cómo estas.

-Bien. Andas solo o hay quién te pegue.

-A mí nadie me pega.

-¿A poco? Y por quién dejaste a Karina.

-Por una chava muy linda.

-¿La conozco?

-Sí.

-¿Quién?

-Luz.

Laura, la mejor amiga de Karina, fue enviada para interrogar a El Mero. Sacarle las palabras no fue difícil para una bella y coqueta jovencita. Laura era algo alocada pero bien vigilada por sus papás. Tenía mala suerte con los muchachos ya que sólo se le acercaban puros chavos sin carro y a ella no le gustaba andar en el camión.

Se consideraba la chica más bonita de la secundaria y de la colonia. Se juntaba con Karina porque le convenía. Su limpia y clara cara contrastaba con la de su amiga, siempre llena de maquillaje.

Para Laura servir de espía era un placer, además de una oportunidad para acercarse a El Mero, ya que a diferencia de Karina y Luz, Laura era la más ambiciosa, no quería ser la pantalla para el negocio de las drogas, quería ser socia.

-¿Luz?

-Sí, eso me dijo El Mero.

-No puede ser, me dejó por esa.

-Bueno, Luz es bonita, inteligente, seria, educada, trabajadora, no fuma ni dice maldiciones.

-Ya cállate.

-¡Uy! que genio.

Algo andaba mal. Karina sabía que Luz no podía se novia de El Mero porque eran diferentes. Se quedó pensando en las palabras de su amiga Laura.

Tenía que haber una razón por el cual Luz se juntaba con El Mero.

-Tú crees que El mero se le haya declarado a Luz.

-¡Claro que no! A ti no se te declaró, nomás empezó a besarte en la fiesta de la secu.

-Bueno, eso es suficiente, además de que tenía rato persiguiéndome.

-Mira Karina, si Luz anda con El Mero es por la misma razón por la que tú andabas con él.

-¿Amor?

-Burra, es el dinero.

-El Mero nunca me dio dinero.

-Pero te compraba cosas.

-Y por dinero Luz le dijo que sí.

-A lo mejor.

Las amigas comenzaron una labor de detectives. Comenzaron a vigilar a Luz. Su sorpresa fue ver a una Luz muy distinta a la de la secundaria. Cambiaba su uniforme por ropa de moda  y de marca.

Salía por las tardes con una canasta de empanadas para ir a la casa de El Mero. Sólo estaba a unos minutos y luego se dirigía al lugar que se le ordenaba entregar las empanadas.  La siguieron varios días pero no sospechaban que fueran novios porque no había besos ni abrazos ni siquiera un saludo de mano.

Pensaron que por ser seria, Luz no aceptaba que le dieran besos. Decidieron que el mejor día para saber si eran novios sería el sábado.

-Ya llegué Mero.

-Hola mi Luz, que guapa estas. Porque no le pasas para platicar.

-No, Mero.

-Pásale, no te voy a comer.

-Que raro hueles, ¿andas tomado?

-Nomás una copita, anda y te invito una.

-No, mejor me voy.

.-Porqué, si tú me gustas mucho.

-Quítate, suéltame.

-N´ombre, si tú eres mía, por eso te doy mucho trabajo.

El intento de sobrepasarse de El Mero con Luz fue visto a distancia por Karina y Laura. Pero más que un intento de buscar un beso a la fuerza parecía una pelea de novios.

Lo que terminó con la duda de que sí eran novios ocurrió dos horas más tarde, cuando El Mero fue a la casa de Luz a pedirle perdón con un ramo de flores.

Karina estalló de rabia ya que nunca recibió un ramo tan hermoso, además de que no le rogaron. Junto con Laura vio al agresivo pandillero pedir perdón a una muchacha.

-Perdóname Luz, no sé que me pasó.

-Pues yo sí, andas borracho.

-Es que tú tienes la culpa.

-¿Yo tengo la culpa de que andes borracho?

-Sí, porque yo soy muy tonto, y tú muy lista, y tú siempre me haz gustado pero como te lo digo si me vas a decir que no porque me corrieron de la secu y a ti cada rato te dan diplomas.

-Mejor vete a tu casa.

-Pero vas a ser otra vez mi amiga.

-Sí, pero vete.

-Te invito al cine.

-No, mejor yo te invitó a la iglesia San Martín de Porres.

-Órale, a qué horas.

-En la misa de 10, mañana

-Paso por ti.

-No, allá te veo.

La misa de 10 se había convertido en un punto de reunión de los jóvenes de la colonia. Iban las chicas muy arregladas como si fueran a un baile y los muchachos iban con sus mejores ropas. Mas que misa parecía el lugar indicado para buscar novios.

Laura, que no tenía novio y nunca había tenido uno, todos los domingos iba a misa de 10. Se sentó en la bancas del en medio para que los de atrás la vieran y para que el padre no se diera cuanta de que no pone atención.

Aún no comenzaba la celebración religiosa cuando todos se callaron al ver una pareja que entraba a la iglesia.

Laura volteó a ver que pasaba. Eran Luz y El Mero.

“Entonces sí son novios”, dijo Laura y salió de la iglesia para ir por Karina.

Continuará...

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