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‘Quiero ver a mi familia’

Esas fueron las últimas palabras de joven que moría, tras alocarse.

  • Por: POR CARLOS TIJERINA
  • 01 JULIO 2015 - .
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Acelerar sin control su unidad le costó la vida al joven que imploraba por ver a su familia.

“Ayúdame, llévame a mi casa, quiero ver a mi familia”, fueron algunas de las últimas palabras de un hombre en sus últimos minutos de vida hacia un reportero gráfico, momentos después de estrellar su camioneta con un camión.

Miguel Ángel Palomo García tenía 32 años; vivía en Hidalgo 8825 en la colonia La Sandía.

Esa noche, decidió acelerar a fondo su camioneta Nissan por la carretera Aeropuerto. No imaginó que un camión se le atravesaría en la entrada a la colonia Los Fresnos para terminar de manera repentina su vida.

Testigos aseguraron que ni siquiera frenó antes de pegarle al vehículo de transporte. Ahí fue el principio del fin. Tras el impacto, Miguel Ángel quedó con ambas piernas fracturadas y la ayuda no llegaba.

Un reportero gráfico de este matutino llegó en cuestión de minutos al lugar y lo encontró en agonía. Su rostro estaba bañado en sangre, y se retorcía del dolor.

Al verlo, le suplicó que lo sacara del vehículo y lo trasladara a su casa para ver a su familia.

“Ándale no seas malo, llévame a mi casa”, suplicaba con su voz quebrada.

“Mejor espérate, ahorita llega la ambulancia y te van ayudar”, contestó el fotógrafo.

“Espera a que te atiendan y al rato arreglas el problema”, añadió.

El periodista se contactó vía telefónica con la asistencia médica, le dijeron que no había ambulancias, pues daban atención prehospitalaria a otros accidentes en diversos puntos de la ciudad en esos momentos.

Una unidad operativa de Bomberos llegó a los seis minutos que el reportero llamó. El jefe de rescate, Lino Guadalupe Sosa; el coordinador de rescate, Joel Silva Pulido, y otros bomberos socorrierron a Miguel Ángel, quien ya tenía un tono pálido en la piel, mientras llegaba la ambulancia.

Presentaba heridas graves, piernas destrozadas y heridas internas. La ambulancia llegó en 10 minutos.

El jefe de rescate utilizó las quijadas de la vida para remover los hierros retorcidos de la unidad motriz. Miguel Ángel se aferraba a la vida.

Ya afuera de la unidad, tardaron otros cinco minutos en prepararlo, hasta que lo trasladaron al Hospital San José, donde en menos de una hora falleció al no resistir las graves lesiones que sufrió. (Nuevo Laredo, Tam.)

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