Qué fue

Compras de pánico en Reynosa

Ante el anuncio del cierre de las estaciones de servicio, automovilistas se vuelcan a la compra del combustible ante el temor de desabasto en la ciudad

  • Por: CÉSAR H. GONZÁLEZ
  • 04 ENERO 2017 - .
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Largas, muy largas filas se vieron en algunas estaciones de servicio, invadiendo las arterias y entorpeciendo la vialidad.

Mientras que en varias martes de la República Mexicana se han registrado hechos delictivos por el anuncio del “gasolinazo” y ahora el cierre de una gran cantidad de centros de distribución, en Reynosa solo hubo algunos conatos de pleito.

A pesar de que las estaciones de servicio se vieron abarrotadas, sobre todo las de una cadena de tiendas de conveniencias, solo se registraron algunos desordenes, ya que no faltó quien trataba de ganar el paso en las filas. 

Por todos lados de la ciudad se vio este fenómeno, que afecta a quienes tienen vehículos, ya que los gasolineras dieron a conocer un informe en el que señalaban que a partir de las cero horas del 4 de enero, cerrarían las estaciones al público. 

Las causas son relacionadas con el gasolinazo, pero la gente acudió a hacer sus compras de pánico, ante el temor del desabasto del combustible, por lo que casi a las cero horas, aun había filas muy largas en las estaciones de servicio. 

Lo grave del caso es que en algunas de ellas, en forma inconsciente los automovilistas hacían dobles filas sobre los boulevares Hidalgo y Morelos, como las ubicadas en Casa Bella, frente a la Federal de Caminos, Las Quintas y en Mil Cumbres con avenida central de las Cumbres, en donde obstruían la vialidad con el fin de llegar a una maquina despachadora. Muchas antes de la medía noche, ya habían puesto barrilitos u obstáculos, para que la gente ya no accediera a las máquinas, ya que presuntamente se habían agotado la reserva de combustible.

Había desesperación en los automovilistas, entre los cuales surgieron conatos de pleito cuando alguno de ellos trataba de entrar a una fila a la fuerza, pero finalmente las cosas no llegaron a mayores. 

Un despachador manifestó su temor de que ante la gran cantidad de dinero que se estaba derramando, algún delincuente quisiera aprovechar la ocasión, pero por fortuna hasta el cierre de esta información, no se había registrado hechos desagradables. 


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