Puedes ser un héroe

Muchos varones creen que al mantener económicamente a sus hijos ejercen la paternidad, sin embargo, asegurarse de que sus pequeños gocen de buena salud emocional y adquieran habilidades para enfrentar la vida, amerita involucrarse en las labores de crianza.

“Hay hombres que se sienten muy cómodos así, sólo siendo los proveedores. Dicen: ‘Yo pongo el dinero y que se hagan bolas con lo demás. Esa es una posición muy cómoda. Son papás con presencia física, pero emocionalmente ausentes, pues no se involucran”, explica Alex Fraustro, psicoterapeuta humanista gestáltico.

Afirma que es indispensable que los papás participen en las labores de crianza, que bañen a sus hijos, los lleven a la escuela o les den de comer, por ejemplo, pues con ello se aseguran de que sus hijos adquieran seguridad.

Un riesgo de que los varones no se involucran en la crianza, es que sus hijos sean inseguros o estén en constante búsqueda de la figura paterna.

“Crecen con la herida del abandono. Constantemente se preguntan si no fueron lo suficientemente valiosos para que su papá los cuidara, y eso les genera mucha inseguridad en los diferentes ámbitos en los que se desenvuelven”, advierte Fraustro, experto en entrenamiento parental.

La presencia física no basta si emocionalmente están ausentes.

“No por vivir en la misma casa se conoce al hijo. Se requiere acercamiento, jugar con él, preguntarle qué le gusta y qué no. La convivencia es fundamental”, aclara.

Fraustro indica que los papás deben estar conscientes de que involucrarse en la crianza de sus hijos no sólo proporcionará beneficios a los niños.

Los varones que crían a sus hijos se sienten plenos y autorrealizados, afirma el especialista.

Si hay ausencia del padre, ya sea por una separación o por su fallecimiento, es fundamental que los hijos acudan a terapia para que se les proporcionen herramientas para enfrentar el hecho.

“Es un acompañamiento profesional para encontrar las mejores soluciones. Cada niño es diferente y por eso las soluciones son distintas para cada uno”, precisa.

Indica que tíos o abuelos no pueden sustituir al padre, pero pueden representar un apoyo moral.

Roberto Garda, fundador y director de Hombres por la Equidad, comenta que muchos varones no se involucran en la crianza porque fueron educados para centrarse sólo en ellos.

“Tienen un ego muy grande, pero cuando se involucran con los hijos dejan de ser menos egocéntricos y aprenden a establecer vínculos y lazos y a darle importancia al otro. Aprenden a pensar no sólo en singular, sino en plural”, puntualiza.

De acuerdo con Garda, los hombres que participan en el cuidado de los hijos aprenden que el hogar es un universo en el que también pueden experimentar el éxito. 

“Muchos hombres creen que los éxitos están en el mundo público y no en el mundo de la intimidad y esto es un error. Además no sólo hay conflictos, también hay alegrías, y no se las deberían perder”, menciona.

Al involucrarse en la crianza, aconseja, deben despojarse de comportamientos autoritarios.

“(Algunos) educan desde un ejercicio autoritario, de control y de castigo sobre los hijos. En consecuencia, los hijos experimentan amor y odio por el padre”, advierte.

“Deben aprender a hablar, a negociar. Cuando aprenden a manejar los conflictos de esta forma viven momentos de afectividad y gozo. Se requiere paciencia”, indica.