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Parroquias católicas de la ribereña apoyan la casa del migrante

Piden ayuda a la comunidad para miles de paisanos que son deportados a través de la frontera de Nuevo Laredo

  • Por: HERIBERTO RODRÍGUEZ
  • 14 MARZO 2017 - .
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Parroquias de Miguel Alemán, Mier y Nva. Cd. Guerrero, están pidiendo la colaboración de la comunidad para apoyar a la Casa del Migrante en Nvo. Laredo, con artículos de limpieza e higiene, así como productos para el aseo personal de miles paisanos que son deportados diariamente de EU.

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Con el fin de sufragar las necesidades de alimentación e higiene más básicas para poder brindar atención a las miles de personas que son deportadas semanalmente de Estados Unidos a través de la frontera de Nvo. Laredo, Tam., la Diócesis en aquella localidad viene solicitando la colaboración de toda la comunidad en general a través de las parroquias católicas de esta ciudad, así como de Cd. Mier y Nva. Cd. Guerrero, para la recaudación de artículos de limpieza y aseo personal que serán enviados a la Casa del Migrante, donde sería distribuida la ayuda para quienes menos tienen.

Lo anterior fue revelado en la Parroquia San Francisco de Asís de Miguel Alemán, por parte del misionero de la Natividad de María, Ignacio Barrón; quien durante las celebraciones eucarísticas más recientes ha anunciado a la feligresía católica que todas la parroquias de la región que se unan a esta noble causa, apoyando a la Casa del Migrante a través de la Diócesis en Nvo. Laredo, Tam.

Destacó que todas las parroquias de aquella localidad fronteriza están reuniendo todos los productos relacionados y que servirán para la alimentación de los migrantes; mientras que a nivel local, a las parroquias de Nva. Cd. Guerrero, Mier y Miguel Alemán, les está tocando reunir todo lo que sean productos no perecederos, sobre todo artículos de limpieza e higiene u otros para el aseo personal de todos aquellos paisanos mexicanos que están siendo deportados diariamente del vecino país, pues la gran mayoría de ellos son regresados a esta región fronteriza, pero llegan sin recursos económicos, ni siquiera para su alimentación más básica, mucho menos para poder llegar con sus familiares a sus respectivos estados de origen y tienen que quedarse por espacio de varios días en la Casa del Migrante, donde son atendidos y alimentados temporalmente por diferentes organismos, incluyendo misioneros y las autoridades religiosas, hasta en tanto encuentran la manera de poder regresar a su terruño.


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