Spring break

Estudiantes universitarios de distintas partes del mundo aprovechan sus vacaciones de primavera o sprint break.

Estudiantes universitarios -y a veces preparatorianos- de distintas partes del mundo aprovechan sus vacaciones de primavera o sprint break, para viajar a lugares soleados y deshacerse del estrés, haciendo toda clase de “travesuras”.

Los gringos popularizaron esta costumbre, la cual se muestra en películas tan antiguas como Where the Boys are (1960), que narra las vivencias de cuatro chicas que se dirigen a Fort Lauderdale, Florida, en busca de aventura y romance. Las actividades que hoy llevan a cabo son más osadas, pues al estar alejados de las exigencias académicas y la vigilancia paterna, los viajeros aprovechan para embriagarse y tener tanto sexo como les sea posible.

EXPLICACIÓN PSICOLÓGICA

El comportamiento durante el sprint break es distinto al normal. Magaly Franco, del Grupo Psicológico Espiral, considera que la explicación se encuentra en el ensayo Psicología de las masas y análisis del yo, de Sigmund Freud, y en Ideas, de Gustave Le Bon: “El hombre, al ser parte de una masa, experimenta bajo la influencia de la misma modificación en su sentir, pensar y actuar que, bajo circunstancias aisladas, no imagina.

Se transforma de manera inesperada, pues al fundirse con la multitud desaparece en cierto modo su personalidad.

Las personas se comportan de manera más instintiva e impulsiva, y ceden ante deseos que por lo general se encuentran controlados”.

FACTORES DE DESENFRENO

A su vez, el psicólogo Leobardo Rodríguez, quien funge como director general de Mentoriis Consulting Group. considera que es de esperarse que surja el desenfreno cuando una persona de alrededor de 20 años viaja por primera vez con amigos y sin sus padres, posiblemente controladores: “La falta de prudencia es característica de la edad temprana, sobre todo si las necesidades como dinero, techo y comida están garantizadas. Cuando un joven sabe que no está bajo supervisión, si su madurez no se ha desarrollado, generalmente se deja llevar por sus emociones y entra en el juego del exceso”, señala Leobardo. En su opinión, hay tres posibles factores por los que un sprint breaker se anima a dar rienda suelta a sus deseos, aunque los límites los pone cada vacacionista de acuerdo a sus propios valores y estilo de vida:

01 Predisposición: Si se trata de alguien que regularmente sale por la noche y su vida son el alcohol y los amigos, seguramente le llama la atención vivir la fiesta a otro nivel.

02 Ganas de experimentar: Aunque una persona ni cuente con la predisposición, quizá desarrolle curiosidad por probar cosas nuevas, lo cual la lleva a transgredir sus límites.

03 El medio o ambiente: Hasta el más serio de los hombres o de las mujeres, puede caer al estar en un ambiente donde tener sexo, emborracharse o drogarse, es completamente aceptado.