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Parecía imposible que cayeran, pero...

Te presentamos algunas de las marcas que nunca esperamos que desaparecieran

  • Por: AGENCIAS
  • 04 JUNIO 2016 - .
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Parecía que nunca caerían y nadie dudaba de su solvencia.

Parecía que nunca caerían y nadie dudaba de su solvencia teniendo en cuenta que eran auténticos gigantes empresariales. Pero una vez más en la historia se cumplió el “nada es para siempre”, y pese a que su auge fue sonado, su caída en desgracia fue exactamente igual.

BLOCKBUSTER

Más de 9.000 tiendas y 60.000 empleados en todo el mundo, pero el avance tecnológico lo tomó con el pie cambiado. Alquilaba videojuegos y películas, pero Internet terminó hundiendo un negocio que parecía imparable. Cerró en 2013 su última tienda.


PAN AM

Esta aerolínea estadounidense se convirtió en una de las más populares del país, un icono incluso. Pero nada es para siempre. Las crisis energéticas y el hecho de convertirse en un blanco cotizado para los terroristas propiciaron su caída en 1991. Un atentado en 1988 en Reino Unido, con 259 muertos, ayudó bastante al fin.


LEHMAN BROTHERS

Se fundó en 1850 y se especializó en banca de inversión. Sobrevivió a las mayores crisis económicas del siglo XX, pero no a las hipotecas basura que en 2008 terminaron provocando su colapso y su final.


OLIVETTI

Empezó su camino en Italia en 1908 con las máquinas de escribir y no dudó en embarcarse en el progreso tecnológico con el primer ordenador personal, las telecomunicaciones, pero la producción cada vez era más cara y las ventas no correspondían y terminó echando el cierre.


CONCORDE

Era el avión más rápido del mundo y el más seguro. El que iba a revolucionar la aviación cubriendo las distancias en la mitad del tiempo. Pero resultó que no todo era verdad. Un brutal accidente en Francia en el año 2000 sumado a su alto coste provocaron su prematuro final.


ENRON

La fusión de dos empresas modestas que se dedicaban al gas en EE.UU provocó su nacimiento en 1985. Tuvo varios años exitosos, pero entre 2000 y 2001 empezó a hundirse en la bancarrota. Además pesa sobre ella la sospecha de fraude empresarial.


NAPSTER

Permitía compartir de forma sencilla archivos de mp3, con las ventajas que eso generaba. Podías tener música gratis sin comprarla, pero claro se encontró con el rechazo de las discográficas que estaban perdiendo dinero. Finalmente un juez ordenó el cierre de sus servidores.

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