Sufre Doris violencia desde niña

El rechinar de la cuerda se escucha tan real, gritos como sacados de una película de terror y el último suspiro, es lo que recuerda “Doris” de su madre, una mujer que fue víctima de la violencia intrafamiliar y que ahora se refleja en la menor de edad.

Doris vivió junto con sus hermanos, la muerte de su madre a manos de su progenitor, una pelea terminó con la vida familiar, su padre la ahorcó con una cuerda de tender la ropa y después huyó de las autoridades, aun sigue prófugo.

Fue así como la inocencia de Doris, quedó aplastada desde muy corta edad, y ahora se encuentra en Reynosa, sin familia y sufriendo violencia en el hogar. 

“La pareja que es mayor de edad, le arrebata el hijo a la muchacha porque es una adolescente y por ser menor se aprovecha, ella viene de una situación mucho más fuerte, su papá mató a su mamá delante de ellos y son problemáticas que traen de tiempo atrás, se casan y pues le sigue pensando que es lo correcto, cuando no es así”, dijo María Luisa Tavares Saldaña, directora del Instituto Municipal de la Mujer en Reynosa.

Actualmente el IMMR la está apoyando para que recupere a su bebé, ya que la pareja de Doris decidió que él se iba de la casa y como es quien trabaja, decidió llevarse a la niña.

“Ella no tiene credencial de elector, es foránea y ni cómo pedir apoyo a la familiar, el papá prófugo de la justicia, a la chica siente que se le viene el mundo encima cuando estamos apoyándola a través de atención psicológica y seguir su caso”, recalcó la funcionaria municipal.

Actualmente siguen presentándose casos de violencia contra la mujer en Reynosa, a la fecha van más de 500 atendidas en el Instituto Municipal de la Mujer, algunos son de violencia intrafamiliar, psicológica y económica.

A la fecha van más de 2 mil personas atendidas y otro tanto en atención jurídica.

“Podemos encontrar situaciones donde mujeres aguantan mucho tiempo y al escuchar el mensaje de los tipos de violencia, te toca ver mujeres que vienen y se sueltan en llanto, su autoestima la han deteriorado entre gritos, malos tratos y piensan que es la vida que tienen que llevar, porque se casaron y así lo decidieron”, apuntó la directora del IMMR.