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Rompen Arabia Saudita e Irán

Tensión entre ambas naciones detona el término de sus relaciones diplomáticas

  • Por: AGENCIAS
  • 04 ENERO 2016 - 12:24 p.m..
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Iraníes se manifiestan en las afueras de la embajada de Arabia Saudita en Teherán, por la ejecución del destacado clérigo chiíta Nimr Baqir al-Nimr el sábado. (ATTA KENARE. AFP).

EL CAIRO.

La ejecución del clérigo chiíta opositor Nimr Baqir al-Nimr por las autoridades de Riad ha disparado la tensión entre Arabia Saudita, por un lado, e Irán y los chiítas de Medio Oriente por otro, que ya se enfrentan en varios conflictos en la región.

El gobierno de Arabia Saudita decidió ayer romper relaciones diplomáticas con Irán tras el asalto de anoche a la embajada saudita en Teherán y su consulado de la ciudad de Mashhad, que se produjo como respuesta a la ejecución, anunció el ministro saudita de Asuntos Exteriores, Adel al-Yubeir.

En rueda de prensa, añadió que el embajador iraní y el resto del personal diplomático en Riad tienen 48 horas para salir de Arabia Saudita.

Horas antes, el líder supremo Alí Jameneí condenó la muerte del clérigo chiíta disidente y amenazó a los políticos sauditas con que pagarán por ello.

Jameneí dijo que, “sin lugar a dudas, el injusto derramamiento de la sangre de este mártir inocente, actuará de forma rápida y los políticos sauditas se enfrentarán a un castigo divino”, señaló en su página en línea.

Nimr Baqir al-Nimr fue condenado a muerte en octubre de 2014 por “terrorismo”, “sedición”, “desobediencia al soberano” y “tenencia de armas”. El clérigo encabezó un movimiento de protesta en 2011, surgido en la estela de la Primavera Árabe, en Arabia Saudita, donde vive gran parte de la minoría chiíta que se siente marginada.

Las relaciones entre la sunita Arabia Saudita y el Irán chiíta evolucionan con altibajos desde la revolución islámica iraní en 1979. Ambas potencias están a menudo en desacuerdo sobre la manera de solucionar las crisis en la región y se acusan mutuamente de querer extender su influencia.

En Irak, la máxima autoridad chiíta del país, Ali al-Sistani, calificó la ejecución de “injusticia y agresión”. El primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, también condenó la ejecución y dijo que violaba los derechos humanos, lo que “tendrá una influencia en la seguridad, la estabilidad y la cohesión social de los pueblos de la región”.

El grupo chiíta Asaib Ahl al-Haq (Liga de los Justos) pidió a las autoridades iraquíes que ejecuten a los condenados sauditas y extranjeros por terrorismo en el país, en respuesta.

En Yemen, el movimiento rebelde chiíta de los hutíes, contra el que Arabia Saudita interviene militarmente en el país, se sumó a las condenas y tildó la actuación de Riad de “crimen atroz”.

En Líbano, el líder del grupo chiíta libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, acusó ayer a Riad de haber desvelado su “verdadera cara despótica, criminal, terrorista y takfirí [sunita radical]”, tras la ejecución de Al-Nimr.

En Bahréin, cuya población es mayoritariamente chiíta pero está gobernado con mano de hierro por una monarquía sunita, se registraron ayer nuevos enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, que provocaron decenas de heridos.

En cambio, países árabes como Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y el gobierno yemenita se pusieron del lado de Riad, condenando las “agresiones” contra las representaciones sauditas.

Reacciones en el mundo. Amnistía Internacional condenó la muerte de Al-Nimr y las otras 46 ejecuciones.

Dijo que con ello buscan “aplastar” la disidencia y “saldar cuentas”.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó las ejecuciones y llamó a la calma para evitar que reaparezcan las tensiones sectarias en la región. En tanto que Estados Unidos pidió ayer a Arabia Saudita e Irán rebajar el conflcito. El portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, pidió medidas para “no exacerbar las tensiones sectarias” entre musulmanes.

Para los expertos, el recrudecimiento de la tensión entre Riad y Teherán podría alimentar las guerras en Siria y Yemen, donde ambas potencias regionales tienen intereses distintos.

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