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Reciben en Corte a nuevos Ministros

Por primera vez, 11 integrantes de la Corte son juzgadores designados para periodos de 15 años

  • Por: AGENCIA REFORMA
  • 06 ENERO 2016 - 11:16 a.m..
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EN FUNCIONES. En ceremonia solemne ante la cúpula del Poder Judicial, Norma Piña Hernández (Izq.) y Javier Laynez Potisek (derecha), en el uso de la palabra, asumieron su cargo, con lo que por primera vez, los 11 integrantes de la Corte son juzgadores designados para períodos de 15 años. (Reforma).

México, D.F.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación recibió ayer, oficialmente, a dos nuevos Ministros y puso fin al período de transición iniciado con la reforma judicial de 1995.

En ceremonia solemne ante la cúpula del Poder Judicial, Norma Piña Hernández y Javier Laynez Potisek asumieron su cargo, con lo que por primera vez, los 11 integrantes de la Corte son juzgadores designados para periodos de 15 años, con las reglas derivadas del cambio impulsado por el Presidente Ernesto Zedillo al inicio de su sexenio.

Laynez, un coahuilense de 56 años que laboró más de 30 años en dependencias del Ejecutivo y fue uno de los operadores de la reforma de 1995, hizo en su discurso un repaso de la evolución de la Corte, y advirtió que está enfrenta un reto mayor que los demás Poderes, porque debe garantizar el respeto a los derechos humanos y la supremacía Constitucional.

“Una dificultad y reto adicional”, dijo Laynez, “es que no estamos hablando solamente de derechos civiles y políticos como libertad o igualdad, sino de derechos económicos, culturales y al medio ambiente, en los que la sociedad demanda protección jurídica completa, para dejar de considerarlos como simples expectativas o anhelos”.

“Hay que decirlo con aplomo, realismo y optimismo: estamos en medio de una de las grandes transformaciones jurídicas del país y por eso no tomo ni por un segundo a la ligera el privilegio de integrarme a la Corte”, agregó.

El nuevo Ministro pareció pedir a sus colegas serenidad en sus decisiones y respeto al mandato democrático.

“El juez Constitucional debe producir el cambio con estabilidad, mantener la coherencia del sistema jurídico, tomar en cuenta las limitaciones institucionales, y proteger la democracia, reconociendo el poder de la mayoría, al mismo tiempo que pone límites a dicho poder”.

Laynez agregó que ante la falta de representatividad y control democrático directo en el Poder Judicial, este debe legitimarse ante la ciudadanía con transparencia, calidad argumentativa en sus resoluciones, y sensatez en sus posicionamiento frente a cuestiones que suscitan debate público.

También tocó un tema que cada vez preocupa más al Poder Judicial: el riesgo de falta de congruencia que provoca la multiplicación de leyes generales, por las que el Congreso federal se ha ido apropiando en los últimos años de muchas de las facultades que antes eran de los Estados.

“Me sujetaré al escrutinio de las mexicanos y mexicanas que hoy están decididos y dispuestos a realizar un control social, especializado o no, de la actuación de este tribunal”, concluyó.

Piña, una juez federal de carrera de 55 años de edad nacida en el DF, es solo la tercera mujer que llega a la Corte entre los 23 designados desde 1995.

La Ministra recordó la influencia de su padre, Isaac Piña, un magistrado de Querétaro que murió cuando ella solo tenía ocho años, y agradeció a su madre, Yolanda Hernández, así como a su esposo y tres hijos por participar en la forma de vida que ella eligió.

“Estoy convencida que la capacidad no es una cuestión de género, sin embargo, también estoy convencida que en una democracia las mujeres debemos participar en la construcción del país que queremos, elegir nuestro destino, actuar y pensar no únicamente en función del bienestar familiar, sino en nosotros mismas, es decir, asumiéndolos no como medio, sino como fin”, dijo.

Como reemplazo de Olga Sánchez Cordero, una de las Ministras más liberales en la historia de la Corte, Piña se apresuró a dejar claro que no le interesa que la encasillen: “como juzgadora no comparto las etiquetas o los estereotipos, ni es mi pretensión esencial la obtención de algunas de ellas”.

Piña añadió que su visión como ministra se basará más en la razón que en la pasión, sin atender a caprichos temporales de una época.

“El compartir o no la solución de un asunto no debe ser una cuestión de reconocimiento o discrepancia personal con el juzgador que la propone, sino que únicamente debe responder a la toma de la decisión que se considera correcta”.

VA PIÑA A PRIMERA SALA

La Primera Sala de la Suprema Corte, responsable de muchas de las decisiones más polémicas y relevantes de los últimos años, podría vivir un cambio importante de dirección.

Norma Piña reemplaza a partir de esta semana a Sánchez Cordero en la Sala, que revisa asuntos penales, civiles y administrativos, mientras que Laynez Potisek quedó adscrito a la Segunda Sala, que lleva expedientes laborales y administrativos.

En el periodo de 2009 a 2015, Sánchez Cordero fue aliada casi incondicional de su colega Arturo Zaldívar en muchos de lo casos que han marcado a la Corte, como la liberación de Florence Cassez, la legalización virtual del matrimonio entre personas del mismo sexo, y el aval al consumo recreativo de la mariguana.

Desde finales de 2012, el Ministro Alfredo Gutiérrez se sumó a este grupo, que repetidamente se impuso a Jorge Pardo Rebolledo, hasta ahora único integrante de la Sala que es juez federal de carrera y tiene experiencia como juez penal.

Al igual que Pardo, la Ministra Piña es producto de la carrera judicial, y es previsible que no siempre compartirá los criterios de Sánchez Cordero, que a lo largo de sus casi 21 años en la Corte se fue haciendo cada vez más radical.

En este escenario, el quinto Ministro de la Sala y nuevo decano de la Corte, José Ramón Cossío, podría convertirse en factor de equilibrio y voto decisivo hasta su retiro en noviembre de 2018, pues si bien su tendencia ideológica es claramente liberal, suele distanciarse de las posturas más extremas de Zaldívar y Gutiérrez.

Piña dedicó los últimos años a la materia administrativa, pero en la Corte fue secretaria de estudio y cuenta de Sánchez Cordero, y hubiera sido casi impensable que la Sala que fija los criterios jurídicos para todo el País en materia familiar, no contara al menos con una mujer.

Para Laynez, con amplia experiencia fiscal y administrativa, la Segunda Sala era la adscripción natural, y reemplaza a Juan Silva Meza, tan radical como Sánchez Cordero.

Las Salas de la Corte solo sesionan una vez a la semana y casi todos sus debates son en privado, pero a estas alturas ya resuelven la mayoría de los asuntos de impacto mediático, mientras que el Pleno, donde sí participa el Presidente, dedica largas discusiones públicas a casos técnicos y electorales.

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