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Campesinos guatemaltecos cambian papa por amapola

Pueden obtener, cada año, más de 8 mil dólares por sus sembradíos; los cárteles mexicanos son sus principales compradores

  • Por: UNIVERSAL
  • 25 MAYO 2017 - 09:48 a.m..
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Elementos del ejército y la policía de Guatemala llevan a cabo esta semana operativos en el Departamento de San Marcos, en el suroccidente del país, para erradicar los sembradíos de amapola. (Cortesía Policía de Guatemala)

México.

Cuando un campesino guatemalteco vende en su país la única cosecha anual que consigue de papa, tras vencer riesgos climáticos, de precio y otros factores volátiles, obtiene unos 20 centavos de dólar por cada libra y, si su oferta por periodo es de unos 10 quintales (mil kilos), recibirá un máximo de unos 2 mil dólares.

Pero por cada libra de pasta que extraiga de la amapola —que se siembra en el suroccidente de Guatemala y resiste múltiples adversidades—, para venderla como materia prima de la heroína, los narcotraficantes de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación le pagan más de 2 mil 700 dólares, con tres cosechas anuales que le garantizan unos 8 mil 100 dólares cada 12 meses.

En una región con rangos superiores al 70% de los habitantes en pobreza, la realidad financiera es la semilla que atiza un conflicto que atrapa a Tajumulco, Ixchiguán y Sibinal, municipios del suroccidental departamento de San Marcos que forman el “Triángulo Dorado de la Amapola”, altiplano con un microclima especial que favorece su producción.

En esta zona, en estado de sitio del 15 de mayo al 15 de junio, soldados y policías participan en un operativo que tiene como fin erradicar unos 18 millones de matas de amapola, cuyos bulbos son comprados por narcotraficantes mexicanos que los llevan a procesar en laboratorios clandestinos en la porosa frontera entre ambos países y producen heroína para surtir en especial al mercado de Estados Unidos.

“Cuando termine la medida excepcional del estado de sitio y las fuerzas militares y policiales se retiren, todo vuelve a la situación anterior”, advirtió el economista Carlos Martínez, profesor de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

“Es utópico pensar que el Estado haga inversiones de inmediato. Se necesitarían millones y millones de dólares para generar fuentes de trabajo que realmente sean opciones para que la población abandone ese cultivo”, afirmó Martínez, en una entrevista con EL UNIVERSAL.

“Para la erradicación total, esos territorios tendrían que pasar permanentemente ocupados militarmente o policialmente en estado de sitio”, dijo el académico.

Con la papa como cultivo tradicional del área, y a sabiendas de que una libra de ese producto (.453 kilos) vale unos 36 centavos de dólar en un supermercado de Guatemala, Martínez calculó que el productor recibe unos 20 centavos de dólar por libra.

“De una manzana de terreno puede cosechar, a lo mucho, 10 quintales (mil kilos) de papa y una cosecha única al año. De esa misma manzana, con amapola, puede obtener media libra de pasta. Los campesinos dicen que eso vale unos mil 360 dólares, pero sacan tres cosechas al año. La diferencia entre uno y otro cultivo se multiplica”, explicó Martínez.

Consultado sobre la vía para atacar el conflicto, Rodolfo Zelada, vocero del Ministerio de Gobernación de Guatemala, declaró a EL UNIVERSAL que en paralelo a la erradicación de amapola y marihuana, el gobierno impulsa un programa multidisciplinario llamado “Tren para el Desarrollo”, el cual garantiza la presencia de instituciones estatales de salud, educación, agricultura, desarrollo social, cultura y deportes.

Pero a juicio de Martínez, el escenario encendió alarmas.

“Si la presencia militar y policial estatal por el estado de excepción se prolonga, podría derivar en una especie de guerra local con las fuerzas del crimen organizado, que tampoco estarían dispuestas a ceder su zona de dominio y de operaciones”, alertó el funcionario.


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